Prensa FundaMusical Bolívar
Con merecidos aplausos, el público reconoció la creatividad del maestro Inocente Carreño. Cada vez que el compositor intentó agradecer el homenaje ofrecido este domingo 23 de noviembre, en el cierre del IX Festival de Juventudes, los presentes se adelantaron en palmadas interminables, para celebrar los dos acontecimientos principales de esta emotiva mañana.
El estreno mundial de su ópera en un acto y la presentación de un libro que recoge su vida y obra fueron los motivos centrales de la fiesta, que se escenificó en el Centro Nacional de Acción Social por la Música. Rodeado de familiares, amigos, alumnos y jóvenes promesas de las artes, Inocente Carreño se sentó como invitado de honor, en la sala Fedora Alemán, a recorrer los momentos cumbres de sus 95 años de existencia.
La proyección de un documental y la entrega del texto editado por la Fundación Bancaribe fueron el abreboca de la jornada que transcurrió entre risas, lágrimas y mucha admiración para tributar al músico y educador nacido en Margarita, y quien continúa activo en la creación y dirección de orquestas, así como en su empeño en estimular a la juventud para que se anime a dar lo mejor de su creación a este país.
El concierto dirigido por el maestro Alfredo Rugeles también estuvo lleno de sorpresas. La entrega de tres partituras de sus obras, digitalizadas por la Fundación Musical Simón Bolívar para facilitar su difusión, antecedió la ejecución de la Sinfónica Juvenil Teresa Carreño. El programa que reunió las obras La ciudad de los techos rojos, Obertura sinfónica no.2 y El Convidado del Niño Jesús resultó perfecto para entender las raíces de un creador profundamente unido a su tierra y amante de su propia cultura. En estas tres piezas se puede apreciar que Inocente Carreño hace gala de su universalidad en la esencia de su venezolanidad.
La presencia de la Coral Nacional Juvenil Simón Bolívar de Venezuela, dirigida por Lourdes Sánchez, llenó de sonoridades el cuento de José Rafael Pocaterra, que inspiró la ópera en un sólo acto, compuesta en 1995. Bajo la acústica de la sala Simón Bolívar, los espectadores vivieron las aventuras de Panchito Mandefuá y Margarita, gracias a la exquisita actuación de estas partituras por parte del tenor Gilberto Bermúdez y la soprano Dorian Lefebre.
Una vez finalizado el concierto, los aplausos continuaron resonando en las afueras del recinto. Abrazos, fotos y mucho cariño recibió Inocente Carreño en la clausura de un evento que este 2014 sonó a Venezuela.