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Berlín aclamó hoy al músico argentino-israelí Daniel Barenboim, quien celebró su 75 cumpleaños con un concierto al piano en la Filarmónica de Berlín, bajo la batuta de Zubin Mehta y ante un público entregado para festejar a su ilustre ciudadano de adopción.
Vía: www.lavanguardia.com | Por Gemma Casadevall
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Fue un concierto extraordinario, a modo de regalo a sí mismo y al público, que se cerró con un multitudinario “Happy Birthday” entonado por el público en pie, entre reparto masivo de rosas rojas, de los músicos a Barenboim y de éste a sus solistas.
El programa empezó con el “Till Eulenspiegel”, de Richard Strauss, siguió con el estreno de “Stretta”, del joven compositor contemporáneo Boris Borowski, para cerrarse con el concierto número cinco para piano de Ludwig van Beethoven.
“Barenboim no sería Barenboim si se dedicase solo a la complacencia fácil. Arriesga e incorpora nuevos talentos, abre oportunidades”, comentó a Efe Jurgen Thomas, abonado fiel a la Filarmónica.
“Puede tocar donde quiera. Decidió festejar este día arropado por su público de esta ciudad”, dijo Héctor Meléndez, estudiante venezolano en Berlín que el día anterior había “absorbido” otro concierto muy distinto, el del veterano saxofonista de jazz Pharoah Sanders en el multiétnico barrio de Kreuzberg.
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El público que aclamó a Barenboim era una mezcla de berlineses de siempre, nuevos residentes -como Emil, un biólogo armenio, que celebraba con el concierto el cumpleaños de su novio- y gente de paso, aunados en un concierto que fue devoción mutua, del músico a Berlín.
Fue un concierto entre amigos, que terminó con Barenboim tomando de la mano a Mehta, su amigo y colega desde hace más de 60 años, ya que se conocieron en los años 60 durante un curso en Siena.
Los fondos recogidos del concierto, benéfico, se destinarán a una guardería musical impulsada en 2005 por Barenboim, destinada a fomentar la afición a la música desde la infancia.
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Se trata de uno de los proyectos más queridos del maestro, para quien la formación musical va más allá del aprendizaje de un instrumento y que forma parte de su concepto de educación humanista.
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Barenboim, director titular de la Staatsoper unter den Linden desde 1992, es un ciudadano de adopción en Berlín, y por extensión Alemania, más allá de lo estrictamente musical.
Es una figura cuya opinión es escuchada ante cualquier debate, ciudadano o político, sea relativo a Argentina, Israel o Alemania, como país de adopción, como también temas europeos o globales.
Nacido en Argentina y crecido en Israel, se le reconoce como un ciudadano del mundo, con un talento especial para movilizar recursos y hacer realidad iniciativas como la Orquesta Divan Oriente Occidente, integrada por jóvenes árabes e israelíes.
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A la fundación en 1999 de esta orquesta en Weimar (este de Alemania) entre él y el fallecido crítico literario palestino Edward Said, siguió el año pasado la inauguración de la Akademie, en Berlín, asimismo consagrada a formación de músicos de Oriente Medio.
La Barenboim-Said Akademie quedó emplazada en un edificio vecino a la Staatsoper y su auditorio, denominado Sala Pierre Boulez, con 680 butacas y diseñada desinteresamente por el arquitecto Frank Gehry, se ha integrado a la oferta cultural de la capital alemana.
El concierto de cumpleaños tuvo lugar en la Filarmónica, ya que la Staatsoper unter den Linden, de la que es director titular desde 1992, ultima aún sus obras de remodelación.
Su ópera tuvo una reapertura provisional el pasado 3 de octubre, Día de la Unidad alemana, tras siete años obras, en presencia de la canciller Angela Merkel y del presidente del país, Frank-Walter Steinmeier.
A continuación cerró de nuevo, ya que faltaban por afinar algunos detalles técnicos, mientras que el próximo 7 de diciembre tendrá lugar su apertura real, coincidiendo con el 275 aniversario del edificio. EFE
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