Por Patricia Aloy @PatriciaAloy | ESPECIAL PARA VENEZUELA SINFÓNICA
Fotos: Nohely Oliveros | Fundamusical Bolívar
La travesía que se iniciara en Zurich a finales de octubre, cumplió su quinto compromiso el Martes 11 de noviembre en el Teatro Liszt Academy Concert Center, en la ciudad de Budapest, Hungría.
Este Teatro de estilo Art Nouveau tiene la particularidad de servir al mismo tiempo de Universidad y es conocida como “Liszt Academy”, fundada por el pianista y compositor Franz Liszt en 1875, dispone de una acústica perfecta para los conciertos sinfónicos, los conciertos de música de cámara y recitales.
La orquesta interpretó “Sensemayá” una de las obras más importantes del compositor mexicano Silvestre Revueltas escrita en 1938, el concierto No.1 para Contrabajo y orquesta compuesto por Rolf Martinsson e interpretado por el venezolano Edicson Ruíz y finaliza con la Sinfonía No.3 “con órgano” de Camille Saint Säens, donde interviene el maestro Pablo Castellanos.
Esta séptima gira que está resultando por demás exitosa, es la despedida de la primera viola de la Juvenil Caracas, Melissa Peraza quien forma parte de la orquesta desde el 2006 y que ha vivido de cerca cada uno de los compromisos internacionales que ha tenido la formación. Tuvimos oportunidad de compartir unas palabras y nos comenta que siente un poco de nostalgia porque en la orquesta están sus amigos y que va a extrañar compartir musicalmente con ellos, ya que han desarrollado una energía diferente y particular, así como tocar bajo la batuta del maestro Dietrich Paredes.
Melissa pasará a formar parte de la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar (A) para continuar sus estudios y prepararse como solista, pero desea seguir trabajando con la Juvenil de Caracas participando en los talleres o apoyándolos. Le preguntamos ¿qué iba a suceder con el Cuarteto Inocente Carreño?, del cual forma parte, y explica que le gustaría proseguir con los ensayos y conciertos, sin embargo, cada uno tiene proyectos importantes a nivel individual a los cuales también hay que dedicarles tiempo.
Hemos notado a lo largo de estas presentaciones en Europa, que el maestro Dietrich Paredes le pide a Melissa que se levante al finalizar el concierto para que reciba merecidos aplausos por parte del público. Cuando le preguntamos a Melissa como se sentía, nos dice que está muy agradecida con Dios, con la orquesta y con el director por el reconocimiento a su esfuerzo y a su constancia., compartir un solo en el Concierto No.1 para Contrabajo y orquesta con el venezolano Edicson Ruíz no es tarea sencilla y mucho menos si el compositor se encuentra presente.
El mayor aprendizaje que me llevo es lo que el Maestro Abreu nos comenta en los ensayos “Para descanso, el descanso eterno” y que siempre hay que ir en búsqueda de hacerlo mejor. Con el Maestro yo he entendido que hay que amar lo que se hace desde lo mas profundo de su corazón y me he dado cuenta que ésta es la vida que me llena. Tocar en una orquesta y hacer música es una experiencia maravillosa y eso es lo que yo le agradezco y lo que quiero seguir haciendo por el resto de mi vida.
El Maestro Pablo Castellanos asegura que los que conocen esta orquesta han sido testigos del progreso vertiginoso que han tenido y recuerda la historia de como en sus inicios los muchachos fueron a pedirle asesoría al maestro Abreu para que los ayudara a sonar mejor, a lo que el maestro les respondió: “El próximo Martes estoy con ustedes” y desde ese día todos los ensayos los acompañan convirtiéndolos en su proyecto musical.
Pablo Castellanos los describe como “jóvenes que le ponen mucha devoción a lo que están haciendo y la magia que tienen es que tocan de corazón haciendo sentir a Europa una reivindicación con la música. Es ésa la razón de la fascinación del público con todas las orquestas de el Sistema, porque cuando estos muchachos están en el escenario, se entregan profundamente a la obra que están tocando, viviéndola con pasión, la verdadera esencia del buen músico.”
Le preguntamos al maestro Castellanos sobre el nivel de dificultad de la Sinfonía No.3 “con órgano” de Saint Säens y nos dice: “parece mentira pero la mayor dificultad que puedes encontrar en una obra como ésta, está en los distintos instrumentos que tocas, porque en el mundo no existen dos órganos iguales. Incluso puedes encontrar órganos en los que los teclados están invertidos de puesto. Son posiciones y detalles que tienes que rápidamente memorizar para entender el mecanismo de funcionamiento porque puede sonar una melodía totalmente diferente a lo que está escrita en la partitura y hay que tener una veteranía para cambiarse de órgano en órgano y no equivocarse”.
El Maestro se muestra optimista en relación a las generaciones de relevo de organistas venezolanos, ya que disponen de un gran órgano sinfónico de 3.400 tubos que se encuentra ubicado en la Sala Simón Bolívar, del Centro Nacional de Acción Social por la Música. Gracias a este gran instrumento que es el primer gran órgano de concierto que hay en la historia de Venezuela, está resurgiendo otra vez el interés por las partituras que contienen solos para órgano, así que el Festival que se organizó por primera vez el pasado mes de Agosto hay que darle continuidad para incluirlo en el gusto musical del público y como novedad nos ha confiado que en las otras salas del nuevo desarrollo del CNASPM, también habrá órgano.
Cada una de las citas de la joven orquesta perteneciente a “El Sistema” causa revuelo y agota las entradas. Los venezolanos no sólo demuestran que saben tocar sino que lo hacen sin prejuicios, con emoción y sensibilidad.
La próxima cita será en Viena, allá nos vemos