Vía: Últimas Noticias | Sergio Moreno González
“Más elegante, necesito más sonido, mosca con la articulación, más sueltas esas notas muchachos, ese final puede ser más eléctrico, más fuerza”. Cuando está frente a una orquesta, el director Christian Vásquez no duda al momento de detener el ensayo y alzar su voz para dar indicaciones. Lanza las observaciones con firmeza y cuidado, para no herir el ego de los músicos. Cuando está sobre el podio, el joven de 28 años no titubea. Su trabajo con la batuta le ha ayudado a superar la tartamudez que es frecuente en su familia.
Sus brazos no se detienen, se mueven de un lado a otro, buscando la perfección. Es su marca personal, la misma que ha utilizado para cautivar audiencias, arrebatar aplausos y despertar largas ovaciones.
Pero la fórmula también le ha servido para diferenciarse de otros directores. Christian Vásquez sabe que en el mundo lo comparan con los músicos que han brotado del Sistema, como Gustavo Dudamel, Diego Matheuz y Rafael Payare.
“Yo quiero seguir el ejemplo de Gustavo de dar a conocer a Venezuela y al Sistema en el mundo. Pero quiero encontrar mi propio temperamento, mi propio camino y ponerle mi sello a las orquestas que dirija”, comentaba el joven hace tres años al diario The Guardian.
Su trabajo ha rendido frutos. El pasado 30 de abril, Vásquez estuvo presente en el acto de investidura de Guillermo Alejandro como rey de Holanda, quien ascendió al trono tras la abdicación de su madre, la reina Beatriz.
El venezolano estuvo al frente de la orquesta residente de La Haya, para dirigir el concierto en honor a los nuevos monarcas neerlandeses.
“Ese día no tuve oportunidad de saludarlos, sólo dirigí el concierto. En 2010 los conocí en Amsterdam, la reina es muy simpática, ella tiene una fundación para ayudar a los niños con menos recursos. Los incluimos en el concierto para que tocaran cuatro piezas, porque ellos forman parte de una especie de Sistema que se está creando en Holanda”, cuenta con naturalidad Vásquez.
“Pero mi mejor concierto hasta ahora creo que ha sido el primero que tuve frente a la Sinfónica Teresa Carreño. Eso fue en 2008. Ese momento cambió mi carrera como director, porque era la primera gira por el exterior con mi orquesta, por los teatros más importantes de Europa”, señala el músico.
El hecho de reunirse con reyes y reinas, de dirigir en escenarios como el Festival de Salzburgo, de ser invitado por grandes orquestas, no le ha llevado a olvidar sus orígenes. Christian Vásquez nació en San Sebastián de los Reyes, en pleno centro del estado Aragua, la puerta hacia los pueblos llaneros y del sur de Venezuela, pero también es la conexión hacia el oriente y la zona norte del país.
“Hay personas que dicen que uno no es profeta en su pueblo, pero en mi caso es diferente”, reflexionaba el director la semana pasada en la última visita que realizó a su pueblo.
“En el estado me valoran como músico y como persona. Cada vez que puedo me escapo para acá. En julio queremos hacer la novena de Beethoven y presentarla en el estadio o en la plaza, así como hicimos con la Cantata criolla hace dos años. De los niños siento una gran admiración, porque ellos me ven y saben que se puede hacer una carrera exitosa en la música, no importa de dónde seas. Pero se necesita constancia, disciplina. Después de tantos años, me siento el mismo muchacho que cuando comencé aquí”.
El director de la Sinfónica Teresa Carreño y ahora de la Sinfónica de Stavanger (Noruega), comenzó su carrera a través del violín cuando sólo tenía ocho años. Sus éxitos han servido como modelo de superación entre los chamos y además ha impulsado el trabajo de los núcleos del Sistema en el Sur de Aragua. San Casimiro, Camatagua, Taguay y Barbacoas han multiplicado la formación musical en esta parte de la región, donde conviven el arpa, el cuatro, la bandola y las maracas con los instrumentos sinfónicos.
Su carrera en Europa le ha traído muchas alegrías a su familia. Su madre siempre está atenta de los viajes que realiza durante el año, como los que tiene agendados en junio, cuando estará de gira con la Camerata de Salzburgo por Austria y Alemania. Luego irá a Noruega, a dirigir a la Sinfónica de Stavanger, para después volar a Japón, donde tiene presentaciones con la Filarmónica de Tokio.
Sin embargo, Christian Vásquez asegura que ser director de orquesta en Venezuela también tiene sus riesgos, “como que te asocien con un partido político. Pero yo soy un artista. Si me dicen para hacer un concierto para el Presidente de la República o para otro partido, estoy abierto, porque yo represento un país, una bandera y Venezuela somos todos”, sentencia el joven músico.