Vía: laopiniondemalaga.es | jesús zotano
Uno de los grandes nombres del Festival Starlite de Marbella es Chucho Valdés. El reconocido pianista cubano –poseedor de nada menos que ocho premios Grammy– ofrecerá el próximo 24 de julio en la cantera Nagüeles un concierto junto a «la mejor banda que nunca he tenído», The Afrocuban Messengers. El hijo del gran Bebo Valdés promete una velada mágica en la que promete «poner a bailar a todo el auditorio».
¿Puede adelantarnos qué ofrecerá en su concierto en Marbella?
Vamos a ofrecer una selección de temas de mis ocho premios Grammy y también las composiciones nuevas de mi últimos disco, Border-Free. También haremos un tributo a mi papá, Bebo Valdés. El público va a arrancar a bailar aunque no quiera.
¿Escucharemos también algo de su próximo disco, Mis temas favoritos?
Es posible que estrene algunos de esos temas. Son composiciones de cuando tenía 18 años, muy bonitas y que no había movido nunca porque no tenían mucho que ver con la banda que tenía entonces, Irakere. Pensé que sería una pena que se quedaran en el anonimato y por eso decidí hacer este nuevo disco.
Asegura que el jazz, considerada antes como la música de los músicos, es ahora la música de todo el mundo. ¿Se siente un poco responsable de este acercamiento del jazz al gran público?
Somos muchos los responsables de esto. La mayoría de los artistas que hemos hecho un trabajo interesante para el público y hemos viajado por todo el mundo gracias a los festivales internacionales, hemos ganado un público enorme al jazz.
¿Por qué cree que muchos consideran el jazz como un género complicado?
Es música a la que uno tiene que acostumbrarse a escuchar. Pero también es cierto que cuando está bien tocada por una buena banda, te engancha mucho más pronto.
Hubo años en los que incluso resultaba difícil encontrar un disco de jazz…
Y también encontrar público. Había muy poca información, pero ahora es distinto. El jazz no llega a ser tan masivo como el rock, pero el público de jazz es ahora mucho mayor.
Y la exigencia de los músicos, al tener delante a un público entendido, será también mayor…
La exigencia crece mucho. Porque hay una comunicación más directa entre el músico y el que está escuchando.
¿Cómo recuerda aquel Cabaret Tropicana, el club donde tocaba su padre y por el que pasaron los grandes artistas del jazz –Nat King Cole, Sarah Vaughan, Erroll Garner– que le sirvieron de inspiración?
Era algo increíble ver a los más grandes artistas del jazz tocando. Una cosa es escuchar un disco y otra bien distinta tenerlos delante de tu cara. Es algo que motiva mucho. Sin duda esa fue una de las razones por las que yo me integré en el mundo del jazz.
Por eso cree que es muy importante acercar los niños a la música en directo para sembrar en ellos ese interés…
Eso es muy importante, claro. Yo tuve la suerte desde niño de ser hijo de Bebo y de haber estado cerca de todos los músicos cubanos de jazz y todos los artistas internacionales que venían al Tropicana.
¿Qué puede adelantarnos del concierto homenaje su padre que prepara para octubre en Málaga?
Aún no está decidido el espacio. Podría ser el Teatro Cervantes u otra plaza, aún no lo sabemos. Lo que sí es seguro es que será en octubre porque coincide con la fecha del cumpleaños de papá. Haremos un concierto precioso y con invitados, entre los que estará Javier Ojeda, entre otros. Va a ser algo muy bonito y especial.