Aprender a cambiar tus propias cuerdas de violín evitará que hagas viajes costosos a la tienda, lo cual te dejará tiempo para tocar y practicar con tu violín. También, es una buena manera de familiarizarte con el funcionamiento del instrumento, y de aprender cómo responde y cómo se adapta a un nuevo juego de cuerdas. Podrás cambiar solo algunas cuerdas, o cambiar todas las cuerdas del violín, y seleccionar las cuerdas adecuadas para el trabajo. Lee el paso 1 para aprender a colocar un nuevo juego de cuerdas a tu instrumento.
Método 1 de 3: Cambia una cuerda
1 Retira cada cuerda y reemplázalas de forma individual. Para mantener el puente del violín correctamente ajustado y para evitar que la tensión disminuya, es importante cambiar cada cuerda individualmente, en vez de quitar todas las cuerdas de una sola vez y reemplazarlas, como se hace normalmente con las guitarras y otros instrumentos de cuerda. Si has roto una cuerda, coloca una nueva antes de retirar las otras. Para retirar las cuerdas viejas:
2 Lleva a la nueva cuerda en la dirección correcta. Retira la cuerda apropiada de su paquete e identifica la punta de la cuerda, la cual se debe insertar en la clavija de afinación, y la parte inferior de la cuerda, la cual debe anclar la cuerda en el afinador de precisión.
- Normalmente, la parte superior estará pintada en el extremo para distinguirla de las otras cuerdas, y la parte inferior debería tener una pequeña bola de metal en el extremo para colocarla en el afinador de precisión. El color depende particularmente de la marca de cuerdas que compres.
3 Introduce la cuerda a través de la clavija de afinación. Sosteniendo el violín con el apoyo de la barbilla mirando hacia ti, ubica la clavija de afinación correcta para orientarte y localizar el pequeño agujero en ella. Esto debe estar en el interior del rollo. Inserta la punta de la cuerda a través del agujero, lo suficiente para que cerca de 1,5 cm (media pulgada) cuelgue del otro lado.
- En casi todos los violines, las clavijas de afinación deben estar orientadas hacia la misma dirección. Asegúrate de insertar la cuerda en la clavija correcta:
- La cuerda G en la parte inferior izquierda
- La cuerda D en la parte superior izquierda
- La cuerda A en la parte superior derecha
- La cuerda E en la parte inferior derecha
- Para que la cuerda se enrolle sin doblarse, utiliza una mano para girar la clavija y con la otra jala la cuerda hacia afuera del violín, de tal manera que esté tensa al momento de enrollarse en la clavija. Asegúrate de que se enrolle alrededor del palo de 1,5 cm aproximadamente (media pulgada) por el otro lado, para mantenerla en su lugar mientras afinas.
- La parte posterior del puente, mirando hacia la cola, debería está perpendicularmente al violín. Muchos de los puentes tendrán sellos con la información de fabricación, los que te señalarán la parte plana que debe mirar hacia la cola. El otro lado debe tener una pendiente ligera pero notable.
- Para centrar el puente, utiliza la curva de la “f” en el lado interior como guía. Debe haber la misma distancia entre los dos.
- Probablemente te tomará varias afinaciones antes de que el violín obtenga una buena melodía. Sigue el consejo y dale al violín la cantidad adecuada de tiempo para relajarse.
- Las cuerdas más gruesas sueltan más volumen, resonancia con una vibración más gruesa, mientras que las cuerdas más finas tienden a ser más vivas y alegres. Prueba con un juego de cada tipo y decide cuál te gusta.
4 Coloca la cuerda en la base. Si tienes afinadores de precisión, coloca la bola de metal pequeña en la ranura correspondiente. A veces tiende a salirse cuando estás afinando, así que mientras estés ajustando la cuerda verifica constantemente con tu dedo pulgar que la base este bien colocada en el afinador de precisión.5 Comienza ajustando la cuerda al girar la clavija. Gira el afinador grande en la dirección contraria a ti, así la cuerda se enrollará en la clavija, ajustándose y disminuyendo la holgura. Puede ser una especie de acto de equilibrio ya que quieres asegurarte de que la base de la cuerda siga en su lugar (colócala nuevamente en caso se salga), y asegúrate de que la cuerda se enrolle alrededor de la clavija superior lo más recto posible, lo que la hace más fácil de afinar.
6 Estira la cuerda y déjala reposar. Asegúrate de que la cuerda se encuentra en la muesca correspondiente del puente y continúa ajustando la cuerda hasta que no esté suelta. Toma un poco de tiempo para que una nueva cuerda se asiente, así que no pierdas el tiempo afinando la precisión hasta que hayas dejado reposar al violín, lo que a veces puede tomar muchas horas, antes de afinarlo cuidadosamente. Cuando el violín tenga las nuevas cuerdas, déjalo adaptarse a ellas.Método 2 de 3: Coloca cuerdas a tu nuevo violín
1 Coloca las nuevas cuerdas y déjalas sueltas. Si estás poniendo cuerdas a un nuevo violín por primera vez, tendrás que colocar el puente, lo que requiere de un poco de cuidado y medición. El primer paso, sin embargo, es poner todas las nuevas cuerdas y dejarlas lo suficientemente sueltas como para deslizar el puente por debajo de ellas y colocarlo derecho. Sigue el método básico para cambiar cuerdas, pero déjalas un poco más sueltas de lo que las dejarías normalmente.2 Coloca el puente. Sujeta el puente apuntando hacia abajo y colócalo debajo de las cuerdas. Luego, alinea las cuerdas en las ranuras correspondientes y empuja el puente hacia arriba, colocándolo de pie. De esta manera, las cuerdas se acomodarán en las muescas antes de ajustar el puente.
3 Utiliza los orificios f para alinear el puente. El puente debe estar centrado horizontalmente sobre el instrumento de modo que haya una cantidad igual de espacio entre cada cuerda y el borde del diapasón. Usa las muescas pequeñas en el interior de los orificios f para hacer encajar el puente en la línea central de las cuerdas.
4 Deja reposar al violín. Puedes ajustar las cuerdas un poco para que las cuerdas no estén sueltas después de haber colocado el puente, pero deja reposar el instrumento durante al menos 24 horas antes de tratar de afinarlo. Es posible quebrar el puente y arruinar todo tu arduo trabajo, e incluso hacerlo salir y aplanarse contra el violín. Deja reposar y asentar.5 Después de un período de descanso, jala las cuerdas para estirarlas. Cuando has colocado por primera vez las cuerdas a cualquier instrumento de cuerda, es común que las cuerdas se aflojen periódicamente y se aplanen rápidamente. Un ejercicio común para obtener la tensión correcta y dejar que las cuerdas se asienten, es jalar suavemente pero con firmeza las cuerdas lejos del cuello del violín, disminuyendo la holgura para aplanar las cuerdas, y luego afinarlas de nuevo.
Método 3 de 3: Compra nuevas cuerdas
1 Experimenta con diferentes calibradores. Puedes comprar cuerdas en una variedad de grosores, tensiones y estilos. Experimenta con cuerdas de diferentes tamaños para tener una idea de lo que va mejor con tu estilo particular de tocar y tus deseos.
2 Considera cuerdas de núcleo de acero. La forma más básica de cuerdas utilizadas en los violines se hace de una aleación de acero, a menudo envuelta en níquel. La cuerda E más alta se suele cromar con algún otro metal. Esta cuerda tiende a tener menos elasticidad y durabilidad que otras cuerdas, pero son por mucho las cuerdas más baratas y las más fáciles de encontrar. Son las más recomendadas para los principiantes y los que van a cambiar una cuerda por primera vez.3 Da el siguiente paso con el núcleo de cuerda de acero. Con un sonido cálido y una respuesta rápida, el siguiente paso en el mercado es el núcleo de cuerda de acero, que es similar a las cuerdas de núcleo de acero, pero están trenzadas con más material, dando al violinista un toque más vivo y claro en las cuerdas. Los violinistas usan comúnmente este tipo de cuerdas.[1]
4 Sé tradicional con las cuerdas de tripa. No hay nada más visceral que esto: las cuerdas de tripa están hechas de tejido intestinal de ovejas o corderos. Aunque son un poco toscas, estas cuerdas generan un sonido incomparablemente cálido y animado. Las cuerdas de tripa son algo quisquillosas, lo que requiere una gran cantidad de ajustes de afinación. Estas cuerdas se ven muy afectadas por el clima y la temperatura, haciéndolas muy útiles para los músicos muy experimentados. Combínalas con un arco tradicional de cabello de caballo y tocarás con los mismos ingredientes básicos como lo hacían los viejos maestros.
5 Viaja al futuro con las cuerdas sintéticas. Ya que tocar usando el colon de un animal muerto no es algo que todo el mundo quiera hacer, los fabricantes decidieron re direccionar su negocio remplazando el sonido y la respuesta de las cuerdas de tripa con algo menos exigente y confiable. Además, estas cuerdas son un poco más caras.[2]
6 Piensa en tu alto E. La mayoría de los músicos pondrá un juego de cuerdas de la misma variedad en el instrumento, mientras que a algunos músicos experimentados les gusta usar cuerdas particulares en la ranura E por razones de tono. Las compañías de violín Hill y Westminster hacen cuerdas E disponibles por separado de sus respectivos juegos y son opciones populares, y además baratas con qué experimentar.