Como ese 17 de enero de 1956, anoche el pianista y conductor también se presentó en el Southbank Centre de Londres, acompañado esta vez por los representantes de El Sistema, programa al que considera un proyecto humanitario
Prensa FundaMusical Bolívar – Mppdsgg
Hace justo 60 años, el director y pianista Daniel Barenboim hizo su debut internacional en el Southbank Centre de Londres. Apenas contaba con 13 años de edad. Ese 17 de enero de 1956, tocó el piano delante de la Royal Philharmonic y del director Josef Krips. Eran una orquesta y un director mucho mayores que él. Ayer, 17 de enero de 2016, en el mismo lugar, él mismo escogió otra escena. El renombrado músico celebró seis décadas de trayectoria mundial con una orquesta y un director mucho más jóvenes: nuestra Orquesta Sinfónica Simón Bolívar de Venezuela y el maestro Gustavo Dudamel, con los que interpretó el Concierto N° 1 y el Concierto N° 2, de Brahms.
Al finalizar el concierto, luego de una larga y emotiva ovación, el maestro Barenboim tomó la palabra para contarle al público del Royal Festival Hall, escenario que recibió a la orquesta venezolana, a casa llena, no sólo en este concierto, sino en los dos anteriores, parte de lo que había declarado el día anterior luego del ensayo con los músicos venezolanos.
“Esto para mí es una fiesta. En el año 2000 vi a esta orquesta y me pareció una idea maravillosa. Doscientos niños tocando la obertura de Rienzi y la Cabalgata de las valquirias, de Wagner, y el cuarto movimiento de la Quinta sinfonía, de Tchaikovsky. Ese día, me di cuenta de que ellos vivían por la música. Ahora me encuentro con una orquesta que debería ser, si es que no son ya, la envidia de muchas orquestas. Esta noche es especial para mí, no porque son jóvenes, sino porque son devotos de la música… Pero no sólo se trata de música, El Sistema es un proyecto humanitario, por lo tanto social. Con más de 700 mil niños y jóvenes”, que son Embajadores de Buena Voluntad de Unicef.
El pianista contó además que esa noche de 1956, al terminar el concierto, al pequeño Barenboim lo abordó un representante de una Asociación de Protección de Niños y Animales. Por supuesto, se imaginaban ellos que lo que ocurría con ese niño era una tragedia. “Es muy simple. Lo importante para cada músico que tenga 7 o más de 70 años, como yo, es la relación entre la música y la actitud hacia la música y su vida personal. Es una situación un poco compleja: la música vive cuando suena. La partitura impresa no es la música. La música es cuando uno empieza a tocar. Entonces la ventaja de que los niños pasen tiempo haciendo música, a condición de que se haga con inteligencia, como es en El Sistema, es que les permite madurar como seres humanos. Lo sé por mi propia piel; yo a los 11 años tocaba sonatas de Beethoven y mi padre fue criticado. ´Un niño no tiene la madurez´, le decían, y él respondía ´claro que no tiene la madurez, pero si la música sigue estando sobre la mesa no va a madurar. Los chicos que tienen una vocación por la música se van a entender con ella y van a madurar como seres humano’”, señaló Barenboim en los días previos al concierto.
Luego de tres días de residencia artística en el Southbank Centre de Londres, de ensayos que se convirtieron en clases magistrales para nuestros músicos, se aprendió mucho; y lo aprendido se pudo apreciar en el concierto, durante el cual también destacaron solos como los de Edgar Calderón (violonchelo), Daniel Graterol (corno), Alexis Angulo (flauta), entre otros.
Ahora sólo les queda Alemania, la última parada de esta gira en la que han cosechado grandes ovaciones. Cada uno de estos aplausos son también para los más de 700 mil niños y jóvenes que forman parte del Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela, cuyo ente rector es la Fundación Musical Simón Bolívar, adscrito al Ministerio del Poder Popular del Despacho de la Presidencia y Seguimiento de la Gestión de Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela.