La OSSBV interpretará por primera vez la Octava sinfonía de Anton Bruckner
Prensa-FundaMusical Bolìvar – Mppdpsgg | Photo: Simon Pauly Photography
El director venezolano Domingo García Hindoyan regresa a nuestro país para dirigir la obra del compositor austriaco, este sábado 3 de diciembre en la Sala Simón Bolívar de La Sede (Cnaspm), a las 4:00 pm. Luego de cuatro años de intensa actividad por Europa, dirigiendo orquestas como la Filarmónica de Londres y la Staatsoper de Berlín, regresa a Venezuela
Domingo García Hindoyan, una de las batutas más destacadas de su generación. En este concierto, el reconocido director musical y la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar de Venezuela (OSSBV), tendrán el reto de interpretar, por primera vez, la Sinfonía N°8 en Do menor, del compositor y organista austriaco Anton Bruckner. La cita es para este sábado 3 de diciembre en la Sala Simón Bolívar del Centro Nacional de Acción Social por la Música (La Sede), a las 4:00 pm.
El maestro explicó que en el primer movimiento de esta pieza sobresale un allegro moderato de carácter amenazante. Se inicia con un trémolo piano que anticipa un cataclismo desde la lejanía y explota resaltando los colores bronce de los metales, para terminar en un piano paralizante. Agregó que esta composición representa la diversidad de matices del ser humano en torno a las ideas de lo sagrado, lo profano, el amor, el odio, la guerra, la paz, la luz y la oscuridad.
En el segundo movimiento el público apreciará las notas de un Bruckner más rústico inspirado en la melodía folklórica de “Miguel el alemán”, a través de un scherzo vivaz y contundente en tiempo y tonicidad, acompañado por un trío romántico en el que resaltan las arpas. Mientras que un adagio definirá la tercera sección, y estará caracterizada por un Bruckner místico en un movimiento de gran amplitud, profundidad y riqueza armónica. Especialmente en esta sección, reinará la magnanimidad de la obra.
La Sinfonía N°8 en Do menor finaliza con un allegro. García Hindoyan dijo que “este movimiento quizás es el más rico de todos por sus múltiples personalidades. Es amenazante, bélico, romántico, sensual y religioso. Hay referencias de todas las secciones precedentes, tal como hizo Beethoven en el último movimiento de su novena sinfonía”.
Manifestó sentirse feliz de dirigir “esta gigantesca pieza del repertorio sinfónico”. Agregó que, a su juicio, la OSSBV tiene la madurez artística suficiente para interpretarla.
“El reto de la orquesta y del director en esta pieza, es encontrar el sonido adecuado de la obra y no perder intensidad musical en la hora y media de música que dura la ejecución. Imagino un sonido de color bronce oscuro como de una catedral antigua, el cual es noble, redondo y no excluye momentos de sensualidad y pasión, sino que por el contrario explota las dinámicas extremas de la orquesta, que van desde un caluroso pianissimo, hasta el más majestuoso o amenazante forte. Este concierto tiene para mí un gran sentimiento porque es hacer música con una orquesta que siempre he admirado. Esta sinfonía la escuchaba muchísimo de adolescente y tuve la oportunidad de estudiarla escuchando a la Staatskapelle de Berlín”.