Hoy miércoles, 22 de enero de 2014, será la primera presentación formal de los músicos venezolanos en la icónica iglesia del siglo XII. Durante los ensayos comenzó a escribirse un nuevo capítulo en la historia artística de El Sistema cuando sonaron las notas de un Réquiem, de Héctor Berlioz, dedicado a Claudio Abbado, interpretado por la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar de Venezuela y la Orquesta Radio France y dotado de la irreverente visión del maestro Dudamel
Prensa FundaMusical Bolívar
La Catedral de Notre Dame está lista para recibir un Réquiem “descabellado”. Y no se trata tan sólo de que la composición de la obra, escrita por el francés Hector Berlioz en 1837, requiera de una orquesta principal, cuatro bandas externas de metales, un coro de más de 200 voces, 10 timpanis, 10 pares de platillos, 12 cornos y cuatro tubas. No. Es que además, atrevida será la visión con la que el maestro Gustavo Dudamel, junto a la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar de Venezuela, la Filarmónica de Radio France y los coros de Radio France y de Notre Dame, interpreten esta obra hoy, 22 de enero, justamente en la Catedral de Notre Dame.
“Berlioz es un compositor muy contrastante; y los contrastes, cuando son expuestos de esa forma como él los propuso, tienen que ser llevados realmente a los extremos. Él fue un compositor de extremos. Cuando ves la opulencia de la orquestación del Réquiem, te das cuenta de que no escatimaba en nada. Para mí, siempre ha sido importante mostrar estos extremos, porque hay una particularidad en la concepción de su música. No es una música grotesca, como piensan algunos. Es la majestuosa obra de un compositor. Por eso, mi visión de Berlioz es un tanto descabellada”, aseguró el maestro venezolano, quien dirigió en 2005 a la Filarmónica de Radio France.
Esta no es la primera vez que la orquesta venezolana y la francesa se funden en una sola. Ya lo hicieron en 2009. Pero hoy la historia de este concierto estará llena de hitos: será la primera vez que Dudamel dirigirá el Réquiem de Berlioz, junto la Sinfónica Simón Bolívar en la Catedral de Notre Dame. Y la iglesia, que data del siglo XII, ya está lista para escucharla. Este lunes y martes los turistas que visitaban la monumental edificación, que está bordeada por el Río Sena, se detenían a observar los ensayos del concierto que tiene agotados los boletos, que sumaban 1200.
Con cámaras en mano, los visitantes de la catedral veían literalmente un espectáculo. Obviaban, por momentos, el estilo gótico de la obra, las imágenes religiosas y hasta el imponente rosetón de Notre Dame. Escuchaban las dulces voces de un coro que interpretaba la Gran Misa de Muertos Op. 5, como también se le conoce a la pieza de Berlioz; y el resonar, estremecedor, de los metales que retumbaban en las paredes antiquísimas de la iglesia.
Ahí, en este escenario sagrado, el maestro Dudamel les pedía a los músicos pasión. “Berlioz necesita energía y pasión. Necesita que quien esté escuchando se sienta tocado, que llore, que se remueva sentimentalmente”, decía, tras recordar que el concierto era un homenaje al maestro Claudio Abbado.
Los bancos de la catedral estaban llenos de gente de pie que secaba sus lágrimas. Desconcertados también, por tener el privilegio de escuchar casualmente a dos de las orquestas más importantes del mundo, dirigidas por un maestro venezolano y una obra majestuosa. “Las fronteras se han roto. Esto no se trata de la unión de una orquesta francesa y otra venezolana. Más bien esta es una orquesta que representa a la humanidad, la unión, la fuerza de la armonía, la fuerza de la música de Berlioz. Eso para mí es un privilegio como director”, comentó Dudamel para asegurar que los dos conciertos en Francia han significado un “gran comienzo” del año para él y la Simón Bolívar.
El concierto de este miércoles 22 de enero en la Catedral de Notre Dame será el último que realice la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar de Venezuela y el maestro Gustavo en Francia para partir este jueves, 23 de enero, a la ciudad de Muscat como parte de la Gira París – Medio Oriente 2014 como preámbulo de la celebración de los 39 años del Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela, perteneciente a la Fundación Musical Simón Bolívar, adscrita al Ministerio del Poder Popular del Despacho de la Presidencia y Seguimiento de la Gestión de Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela.