El tabaquismo o hábito de fumar, tiene su origen en épocas antiguas por indígenas del caribe y de todo el continente americano, siendo el tabaco utilizado como una planta capaz de hacer visible el aliento, con propiedades para enfocarse, detener el pensamiento y conectarse con los espíritus. Sin embargo no fue sino hasta el siglo XIX que se industrializo desencadenando la producción masiva del cigarrillo y por ende su comercialización.
Escrito por Fátima Fernández | Músicos de Alto Rendimiento
A largo plazo puede generar problemas de salud, como cáncer del pulmón, boca, esófago, laringe, vejiga, riñón, daño de las vías respiratorias, bronquitis crónica, enfisema pulmonar, pérdida de la capacidad del pulmón de filtrar y limpiar el aire y por ende de oxigenar la sangre.
¿Puede entonces el hábito de fumar afectar a los músicos?
Esta pregunta pudiera representar un cliché, en cuanto a que el hecho de fumar tiene efectos negativos a corto y largo plazo en todos los seres humanos, sin embargo refiriéndonos a la profesión musical la respuesta es “SI”.
El hábito de fumar además de afectar directamente la correcta oxigenación de los tejidos, dificulta la circulación sanguínea y reduce significativamente las aptitudes cardiovasculares, para un cantante o instrumentista de viento estos aspectos son fundamentales, afectando no solo la salud del músico sino también en la resistencia, en la efectividad en relación a la respiración y columna de aire necesaria tanto para cantar como para tocar.
Estudios científicos han demostrado que el hábito de fumar deteriora el mantenimiento diario de los músculos y acelera el desarrollo de sarcopenia, pérdida de masa muscular que frecuentemente se asocia al proceso natural de envejecimiento.
En otras investigaciones se pudo constatar que los fumadores jóvenes presentan trastornos en la recuperación de glucógeno muscular luego del esfuerzo físico debido a que el cigarrillo altera la función normal de la insulina. De esta manera, los músculos no pueden recuperar sus reservas de glucógeno, generando progresivamente fatiga en menor tiempo de acción muscular y perdiendo parte de la fibra que constituye la musculatura;
Sabiendo que la ejecución de los instrumentos es una actividad que requiere un importante trabajo muscular, de una amplia movilidad estos aspectos reflejan que el hábito de fumar en un músico puede ocasionar un mayor riesgo a padecer una lesión, en el caso de un ejecutante fumador se hace más propenso a una debilidad muscular generalizada que a futuro pudiera convertirse en una tendinitis, ruptura de tendones, perdida de la capacidad de contracción del músculo, mayor intensidad de los dolores músculo-esqueléticos así como crónicos tales como lumbalgia o la enfermedad degenerativa de los discos intervertebrales; haciendo que la ejecución del instrumento sea cada vez menos efectiva.
Los fumadores corren un gran riesgo cardiovascular y pulmonar si se le suman una exigencia física como por ejemplo la ejecución de un instrumento de viento. El monóxido de carbono es un gas tóxico que provoca, ante la práctica de cualquier actividad física, afecciones en la salud que pueden amenazar la profesión de un músico que pueden presentarse como: broncoespasmos, falta de oxigenación adecuada de los tejidos, taquicardia, pérdida de la voz así como dificultad de mantener el ritmo cardio-respiratorio.
Fumar en definitiva no representa un beneficio para quien se desempeña en la profesión musical, en especial para los cantantes y ejecutantes de instrumentos de viento, hacer conciencia acerca de este negativo hábito es una forma de prevenir lesiones, mejorar la capacidad física, potenciar la calidad de vida además de promover prácticas saludables en los músicos, haciendo que el rendimiento sea mayor.
Fátima Fernández
Terapeuta ocupacional especializada en músicos
“Entrenando Músicos de Alto Rendimiento” musicosdealtorendimiento@gmail.com
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