Vía: www.valenciaplaza.com | Por C. AIMEUR
VALENCIA. Nunca pensó que fuera tan complicado. Cuando la consellera María José Català consiguió el sí de Davide Livermore para ser el nuevo intendente del Palau de les Arts, creía que había resuelto de manera rápida y eficaz el relevo de la intendente Helga Schmidt. El consenso en el teatro de ópera valenciano, el apoyo de la propia Schmidt que le había señalado como su sucesor, y el beneplácito de figuras como Plácido Domingo, le hicieron pensar que había acertado, que, como sucedió con el IVAM, había logrado un relevo rápido y bueno a una situación compleja.
Pero una cosa es la realidad y otra los deseos, y Català de pronto se quedó atrapada por una realidad con la que no contaba, una realidad que muchos, desde Zubin Mehta a Domingo, pasando por la mayor parte de la crítica musical, le habían advertido: El salario de Schmidt estaba muy por debajo de las cifras de mercado; lo que ella hacía costaba mucho más.
Y aunque Livermore estaba dispuesto a aceptar a ese salario, lo que no podía renunciar era a su propia carrera como director escénico. De hecho, Livermore recibió la oferta para estar al frente del Palau de les Arts recién llegado de Berlín, donde estaba negociando un próximo montaje para la Ópera de Sydney. “Tenía ya compromisos adquiridos”, admitían este miércoles, y legalmente, no podía saltárselos.
En el actual contexto era imposible pues fichar a Livermore porque como director artístico los estatutos del Palau de les Arts exigen exclusividad, algo que el italiano no puede dar aunque quisiera por esos contratos previos.
La petición de Livermore no era tampoco tan extraña. Desde el departamento de Campanar, sede de la Conselleria, convienen en que no es ni mucho menos una situación anómala. Sin salir de España, Emilio Sagiera director de escena con montajes por toda Europa y al mismo tiempo director del Teatro Real. Otro tanto sucede con Plácido Domingo, que a su carrera como tenor une sus puestos de director general de la Ópera Nacional de Washington y de la Ópera de Los Ángeles.
La solución pasaba por cambiarlo todo para que todo quedase igual, e ir directamente a los estatutos y modificarlos. No hubo problemas al respecto y el comité ejecutivo del Palau de Les Arts, formado por políticos, acordó ese cambio. Pero la solución, como cualquier trámite burocrático, precisa de una profunda modificación legal que debía ser aprobada por el Patronato del coliseo. En definitiva, reemplazar a Helga Schmidt obligaba a poco menos que reiniciar el Palau de les Arts.
En el caso de Livemore, en la Conselleria de Cultura esperan encontrar la solución “antes de un mes”. De hecho, Livermore, como gesto de buena voluntad accedió a firmar el contrato de director artístico-intendente este mismo mes de marzo después de que concluyera a finales de febrero su anterior contrato, el de director del Centre Plácido Domingo.
Las trabas burocráticas no son nuevas para la Conselleria de Cultura. Ya sucedió hace unos meses cuando el nuevo director del IVAM, José Miguel G. Cortés decidió incorporar a cuatro personas para formar parte de su equipo. Desde la Conselleria de Hacienda se le hizo ver que dos de ellas no podían porque se incumplía la Ley y debían ser funcionarios. Hubo incluso un intento de realizar un concurso ad hoc que fue desestimado por el propio museo, ante las críticas y dudas que suscitaba, y finalmente se halló una fórmula legal.
En el caso del Palau de les Arts la situación ha sido más rocambolesca porque ha afectado al principal responsable del teatro. Con todo, desde Cultura insisten en que Livermore ha estado negociando con los directores musicales como responsable del coliseo de hecho, ya que contaba con el beneplácito de la consellera que estaba al tanto de todas las negociaciones. “Tenía potestad para ello desde que le nombró el Patronato”, reiteran.
Una vez se le libere a Livemore de la exclusividad, “un trámite”, podrá seguir desarrollando su carrera como director artístico del teatro valenciano y como director de escena, regista, en los teatros internacionales que le contraten. El turinés se encuentra desde este miércoles en Génova. Tras encontrarse con el director de ópera valencianoRamón Tebar, que visitó el Palau de les Arts, Livemore partió para Italia. La cita sirvió también para que realizaran una primera toma de contacto “muy satisfactoria”.
Livemore no ocultó en su día que la elección de Tebar vino motivada por las buenas recomendaciones que le dio el tenor estadounidenseGregory Kunde, quien ha trabajado con el valenciano y que se perfila como uno de los hombres fuertes del futuro del Palau de les Arts. Un futuro que, dicen ahora desde la Conselleria de Cultura, comienza a despejarse una vez se ha superado este último e inesperado obstáculo: la burocracia.