El miércoles 7 de mayo, el Barco por la Paz de Japón arribó a tierras venezolanas con más de 900 ciudadanos del mundo a bordo. Desde el año 2005, la organización no gubernamental dedicada a promover los derechos humanos, el desarrollo sostenible y el respeto al medio ambiente a través de viajes educativos, tiene relaciones de hermandad con el proyecto fundado por el maestro José Antonio Abreu, como ícono de paz a través de la música. Lazos que se fortalecieron aún más con una ceremonia realizada en el Centro Nacional de Acción Social por la Música (Cnaspm), este jueves 8 de mayo.
Con la presencia de los representantes de la institución internacional y de la Fundación Musical Simón Bolívar -como ente rector de El Sistema-, más la asistencia de un grupo de 350 pasajeros, incluyendo a sobrevivientes de las explosiones sufridas en las ciudades de Hiroshima y Nagasaki en 1945, la directora del Barco por la Paz, Miwako Tamura ofreció unas palabras en las que destacó la intensa labor del maestro Abreu por mejorar la calidad de vida de la población juvenil e infantil de Venezuela, así como el valor de la música para profundizar la amistad entre los pueblos.
“Más de 50 músicos venezolanos han viajado en el barco desde que iniciamos relaciones hace nueve años, difundiendo la importancia de El Sistema en el mundo”, expresó la vocera japonesa, quien hizo entrega a la Directora de Relaciones Internacionales e Institucionales del Cnaspm, María Antonieta Borjas, de un cuadro alusivo al transporte marítimo por el apoyo recibido por el programa venezolano. Por su parte, uno de los sobrevivientes del bombardeo atómico dirigió un mensaje de agradecimiento por el valioso interés que El Sistema, bajo el liderazgo de su fundador, ha manifestado sobre esta tragedia que enlutó al país asiático; a la vez que otorgó un obsequio a la institución venezolana como símbolo de gratitud y solidaridad.
El evento contó con la participación del grupo de música venezolana Pentacorde que, integrado por Xavier Perri (cuatro), Kanny Aponte (bajo), Eddy Cordero (violín), Jesús Antón (clarinete) y Wilmer Álvarez (guitarra) -artistas formados dentro de El Sistema-, mostró la versatilidad sonora de la cultura popular venezolana. Los asistentes, originarios de unas costumbres tradicionales muy distintas, aplaudieron a los intérpretes y se llevaron consigo un recuerdo musical del país.
Con este encuentro, Venezuela da ejemplo de la fraternidad que a través de la música pueden llegar a saborear las naciones del planeta tierra. Una labor a la que siempre le será fiel el Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela, bajo la tutela de la Fundación Musical Simón Bolívar, adscrita al Ministerio del Poder Popular del Despacho de la Presidencia y Seguimiento de la Gestión de Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela.