Vía: lasprovincias.es | Por CARMEN VELASCO
ENTREVISTA A VLADIMIR JUROWSKI, DIRECTOR DE ORQUESTA
«Dirijo la Filarmónica de Londres y la Academia Estatal Rusa, hacerme cargo de la formación de Les Arts sería una irresponsabilidad», asegura el maestro
Criado en un ambiente donde la música lo rodeaba todo (su padre, su abuelo y su bisabuelo eran músicos, y su hermano también es director de orquesta), él eligió dedicarse a este mundo de forma tardía. Nadie le obligó a coger la batuta, fue su decisión personal: “A los 15 o 16 años, sentí de repente las ganas de ser músico. Influyó en mi decisión el traslado de mi familia de Rusia a Alemania, donde me encontré con una tradición musical diferente”. Nadie le obligó a coger la batuta y él tampoco marcará el camino de su hija, de 20 años, que toca la flauta pero de momento, dice, no quiere dedicarse profesionalmente a este instrumento.
Vladímir Jurowski (Moscú, 1972) debutó hace unos días en el Palau de les Arts. El programa incluye el preludio de la ópera ‘Jovánschina’ de Músorgski y una selección de ‘Cenicienta’ de Prokófiev. Además, el prestigioso violinista Kolja Blacher se presenta junto a la Orquesta de la Comunitat Valenciana (OCV) en el ‘Concierto para violín número 2’ de Shostakóvich.
-Su padre Mikhail Jurowski, que dirigió la Orquesta de Valencia en alguna ocasión, y su hermano Dimitri Jurowski, que vino al Palau de les Arts en 2008 para dirigir ‘Esponsales en monasterio’, de Prokófiev, conocen a los músicos que trabajan en la Comunitat. Ahora es su turno.
-Debuto en el Palau de les Arts pero no es la primera vez que visito Valencia. Recuerdo que vine en 2006, cuando me invitó la señora Helga Schmidt. Entonces hablamos de un proyecto juntos y me acerqué a conocer el coliseo. Queríamos hacer una ópera contemporánea en febrero de 2007 pero se canceló por problemas de presupuesto. La intendente me ofreció dirigir otro programa pero no me interesó. Desde entonces no ha habido otra oportunidad de venir aquí, salvo la de hoy.
-¿Cuál es su primera impresión de la Orquesta del Palau de les Arts?
-Tiene un gran potencial, puede llegar a desarrollarse al 100% y alcanzar los mejores niveles del mundo, aunque ahora le falta un guía a nivel artístico. Tras la muerte de Lorin Maazel y la marcha de Zubin Mehta, como directores estables, se ha interrumpido esta línea y la orquesta necesita la presencia de un director musical. Los músicos son muy jóvenes, de 35 o 45 años, pero no es una orquesta juvenil sino joven. La formación necesita trabajar más y tocar con mayor continuidad, por lo demás es un teatro fantástico a pesar de que la sala Auditorio tiene problemas acústicos.
-El público de Les Arts responde muy bien ante el repertorio italiano. Su programa para hoy se nutre de autores rusos. ¿El público se emocionará?
-Absolutamente, porque el lenguaje musical no entiende de nacionalidades. La pieza principal es ‘Cenicienta’, que es una fábula de amor. También se interpretará ‘Concierto para violín número 2’, de Shostakóvich, que no es muy conocido, pero me gusta recurrir a obras poco representadas porque entiendo que el director de orquesta tiene una tarea de educación musical respecto al público. Los músicos han respondido muy bien a este programa. Salvo los rusos, la mayoría de los integrantes de la Orquesta de Les Arts no conocían estas piezas pero después de los ensayos se han enamorado, al igual que le pasará al público.
-Se refiere al «potencial» de la OCV, pero muchos directores han calificado a la formación de ser «una de las mejores del mundo». ¿No está de acuerdo?
-Hay varias orquestas que ostentan el título de ser las mejores del mundo y es difícil decir qué marca la diferencia entre la Filarmónica de Viena o la Orquesta de Chicago, porque a nivel técnico son excelentes. La base de una buena orquesta es la tradición, no sólo una agrupación de buenos intérpretes. Los músicos de Les Arts son muy buenos, pero hace falta un trabajo en común. Éste empezó pero está interrumpido y hace falta continuarlo. Es una pena que la Orquesta de la Comunitat Valenciana toque tan poco durante todo el año porque el escaso programa aquí no le permite desarrollarse al máximo nivel. Soy prudente para calificar las jóvenes orquestas porque cuando pronuncias algún adjetivo éste funciona como un chip que se emplea para vender un producto y no se trata de eso. Las orquestas son como un árbol, que se planta, necesita cuidados y un jardinero. La OCV precisa de un director musical que como mínimo esté aquí la mitad del año con los músicos, que es mucho tiempo, sí. Aquí hay muy buen material, pero la Orquesta debe seguir creciendo.
-Su nombre sonó como candidato al director musical de Les Arts. ¿Aceptaría el cargo?
-No puedo aceptarlo. Tengo la agenda completa hasta dentro de cinco años. Actualmente dirijo dos orquestas, la Filarmónica de Londres y la Academia Estatal Rusa, aceptar la dirección musical de Les Arts sería una irresponsabilidad por mi parte. Sin embargo, como hay buena conexión con la OCV me gustaría volver en un futuro para trabajar con ellos en una ópera y un par de conciertos. Me gustaría establecer una relación en el futuro, pero actualmente no pienso en la dirección. He hablado con Davide Livermore y él tiene en mente contar conmigo.
-Davide Livermore es el nuevo intendente del Palau de les Arts. ¿Desde fuera cómo se ha visto la destitución de Helga Schmidt?
-El mundo de la ópera no ha entendido qué es lo que ha pasado. No tengo mucha información de lo sucedido, pero desde fuera se ve como algo inesperado o como una explosión, pero no he podido hablar con Schmidt de esta cuestión. La última vez que la vi fue el año pasado cuando me ofreció venir al Palau de les Arts.