Dedicado a la memoria de la gran pianista y pedagoga norteamericana Harriet Serr (Nueva York 1927 – Caracas 1989) cuya luz brilló por tantos años en la vida musical de Venezuela, y brilla aún en su legado y el recuerdo de todos aquellos que tuvieron el privilegio de conocerla y escucharla.
Les invitamos cordialmente para que nos acompañen este Domingo 2 de julio de 2017, a las 11 a.m., en el Teatro Alexander von Humboldt, Asociación Cultural Humboldt, San Bernardino.
Programa
A. Mozart: Sonata en Do mayor K.545Mozart
Franz Schubert: 4 Impromptus Opus 90
Joseph Haydn: Sonata “Inglesa” en Do mayor Hob.XVI:50
Alban Berg: Sonata Opus 1
Fritz Kreisler / Sergei Rachmaninoff: “Liebesleid” (Pena de amor)
Sobre el recital, Carlos Urbaneja comentó: “El repertorio de hoy, que rinde homenaje a la tradición musical de la mas musical de las grandes capitales de Europa y que surgió de mi necesidad personal de buscar la luz en este tránsito por la oscuridad que estamos viviendo, refleja esta dualidad universal y fué concebido en un empeño por aferrarme a la creencia de que al final la luz vence siempre a la sombra.”
Joseph Haydn (1732-1809) y Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791) son los máximos representantes de la llamada Primera Escuela de Viena, nacida durante la Era de la Ilustración en pleno S.XVIII, un período de inmenso optimismo y fé en el hombre en el que se concibieron los principios de la democracia moderna y el concepto de los derechos humanos. Do mayor es la tonalidad que une a las sonatas de estos dos autores incluidas en este recital, una tonalidad preferida de los compositores del clasicismo y asociada a la luz y lo apolíneo en música. La sonata K.545 de Mozart, concebida con fines didácticos, es de dimensiones modestas y se mueve entre la inocencia, el lirismo y la picardía con sutiles toques dramáticos. La Sonata Inglesa en Do mayor de Haydn en cambio aspira a mucho mas con su primer movimiento lleno de ingenio y virtuosismo construido sobre un solo motivo anticipándose por mas de 50 años a la gran Sonata en Si menor de Liszt.
Todo en estas obras es brillo y alegría solo ocasionalmente opacados por alguna nube pasajera. Del otro lado la llamada Segunda Escuela de Viena, representada por Arnold Schoenberg y sus discípulos mas destacados Anton Webern y Alban Berg (1885-1935), surge en un momento muy diferente, principios del S.XX, cuando la sombra de la guerra amenaza a Europa y ese período dorado de la música europea que se inició con el Barroco y culminó en el Romanticismo llega a su fin. De la agonía del lenguaje romántico y la disolución del sistema tonal que había regido la música clásica europea durante mas de dos siglos surge esta nueva corriente que refleja el caos y la oscuridad de su tiempo. La Sonata Opus 1 de Berg, producto final de su período de estudio con Schoenberg es, en medio de su “angst” post-romántico, salvada del abismo por la lógica de su estructura clásica y porque su armonía aunque intensamente cromática e inestable descansa finalmente en la oscura pero serena tonalidad de Si menor. Y en medio de estos dos polos está Franz Schubert (1797-1828), siempre entre la vida y la muerte, cuyos Impromptus Opus 90 para piano abrieron de una vez por todas las compuertas de la sensibilidad romántica. Schubert, como pocos, pudo expresar el mundo de la luz y la sombra en la contraposición de los modos mayor y menor y estas piezas son claro ejemplo de ello. El primero y mas ambicioso de los cuatro podría ser descrito como un “largo viaje de la noche hacia el día” por citar en reverso el título de la obra de Eugene O´Neill, una pieza en la que la luz y la sombra luchan por prevalecer en una verdadera batalla entre tonalidades menores y mayores. Cuando hacia el final de la obra la tonalidad de Do mayor se impone definitivamente, todavía su contraparte menor hace unos últimos intentos por recobrar su dominio inicial, pero ya ha perdido toda su fuerza, la luz ha vencido a la oscuridad. Y nos despedimos con “Liebesleid” (Pena de amor) una miniatura sentimental escrita para violín y piano por el gran violinista vienés Fritz Kreisler (1875-1962) y convertida en joya pianística por la magia de las armonías de Rachmaninoff, con sus dos secciones que oscilan entre La menor y La mayor, pena y alegría de amor a un mismo tiempo.