En el marco de la gira de la Simón Bolívar por Europa, el Conservatorio de Música de Paris ofreció un conversatorio con representantes de El Sistema de orquestas y Coros de Venezuela, para profundizar en el programa musical y social que existe gracias al sueño que hace 40 años tuvo el maestro José Antonio Abreu
La Sala D’Orgue del Conservatorio Superior de Música y de Danza de Paris sirvió de punto de encuentro, el viernes 23 de enero de 2015, para un conversatorio sobre El Sistema de Orquestas Venezolano, a la luz del vínculo existente entre ambas instituciones y que recientemente se formalizó en un acuerdo que implica el intercambio de experiencias entre alumnos, profesores y músicos de ambas instituciones.
Organizado por esa institución francesa, la cita tuvo como moderador a Bruno Mantovani, director del Conservatorio, quien introdujo a Víctor Rojas y Valdemar Rodríguez, gerente de la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar y subdirector general de FundaMusical Bolívar, respectivamente. “El Sistema es un iceberg de más de 500 mil estudiantes y la Bolívar y Dudamel son la punta de ese iceberg”, acotó Mantovani para dar inicio a una conversación, que durante dos horas sirvió para reflexionar sobre el programa musical y social venezolano, extendido ya por el mundo entero.
Víctor Rojas fue el primero en compartir con la audiencia, con un paneo histórico que se paseó por los inicios del programa en 1975 en un garaje con 11 muchachos músicos guiados por el maestro José Antonio Abreu. Explicó cómo desde entonces, lo que inició con la creación de una orquesta conformada por jóvenes músicos venezolanos, pasó a convertirse en un programa musical y social exitoso que ha ido incluyendo cada vez más a poblaciones desfavorecidas y excluidas, entre ellas a personas con discapacidad y a niños y jóvenes de bajos recursos. “Lo más importante es que, quien desee hacer música dentro de El Sistema, tiene acceso a ingresar a un núcleo, a recibir clases con los mejores profesores; recibe un instrumento musical, y además entra en el mundo de la música de manera natural, sin presión, buscando la excelencia a través de la motivación. Porque en El Sistema apoyamos los sueños de los muchachos para siempre celebrar la música en colectivo”, acotó.
Valdemar Rodríguez recalcó la importancia del sueño que una vez tuvo el maestro Abreu y su visión sin límites para que ese sueño inicial se expandiera por todo el país, de manera que cualquier niño en cualquier rincón de Venezuela pudiera hacer música, “El proyecto se convirtió en un programa de rescate social y hoy día es aplaudido por nuestra sociedad, además de haber sido apoyado por todos los gobiernos durante los 40 años de existencia”, acotó el directivo, quien también explicó la apertura, desde el Conservatorio de Música venezolano a distintos géneros musicales, entre ellos el rock sinfónico, la música latina y el jazz, entre otros. Además, ilustró el trayecto que sigue un niño desde que llega a un núcleo, de la mano de sus representantes, y las puertas que desde allí se abren para el niño, para sus familiares y para la comunidad donde hacen vida.
Las preguntas del público estuvieron centradas en la pedagogía, el funcionamiento de los núcleos, el programa de dirección orquestal y sus principales exponentes, la experimentación pedagógica como parte del desarrollo de metodologías, y la enseñanza colectiva como principio fundamental de la práctica musical dentro de El Sistema de Orquestas y Coros venezolano, además de su expansión al sistema educativo venezolano a través de la integración de las escuelas básicas. De igual manera, los directivos explicaron cómo se involucran los familiares y las comunidades donde hacen vida los músicos y cómo los valores son promovidos dentro de la institución, basados en el trabajo, el respeto, la excelencia y la integración.
Además del conversatorio, tres músicos venezolanos que hacen vida en el conservatorio parisino tocaron para los presentes, sellando así el encuentro en torno al programa musical y social venezolano: Nicole León (violinista) y Emmanuel Acurero Urbina (violonchelo) interpretaron Pascaille para violín y violonchelo, de Handel, mientras que el trompetista Javier Rossetto una versión en trompeta de Natalia, de Antonio Lauro.