Entre Salmos inspiradores…María Guinand conduce dos obras monumentales

Con solo 35 años de diferencia Stravinsky y Bernstein asumieron encargos de importantes instituciones para la composición de tamañas obras que se presentarán como parte de este maravilloso programa. En 1930, el magnífico compositor ruso, Igor Stravinsky culminó su “Sinfonía de los Salmos” para la celebración de los 50 años de la Orquesta Sinfónica de Boston (EEUU). La obra fue estrenada en Bruselas bajo la dirección de Ernest Ansermet y una semana más tarde recibió su presentación en Boston bajo la dirección de Serge Koussevitzky. Esta obra, aunque se llama “Sinfonía” no corresponde con la forma musical de la sinfonía. Con la idea de trabajar sobre una selección de Salmos del Antiguo Testamento (basada en el texto latino de la Biblia conocido como “Vulgata”), prefirió el autor que el coro y la orquesta tuvieran similares presencias, por lo que la obra adquiere una textura y un color mucho más cálido, como el de un motete o una obra sacra.

Por otra parte, Bernstein, en 1965 concluía la composición de sus famosos “Salmos de Chichester” por encargo de la Catedral de esta ciudad inglesa, para la celebración del Southern Cathedral Festival de ese año. Bernstein nacido en los Estados Unidos, de familia judía y de origen ucraniano, seleccionó, al igual que Stravinsky algunos trozos del Libro de los Salmos, utilizando para esta obra el idioma original de los mismos (hebreo). Dos semanas antes de su presentación en Chichester con John Birch al frente, la obra fue estrenada en el Philharmonic Hall de la ciudad de Nueva York bajo la dirección del propio Bernstein, quien además de sus condiciones como compositor, era a su vez un gran director: Él fue el primer director nacido en los Estados Unidos en alcanzar fama mundial.