Vía: docenotas.com | Por: Sara Santirso Sánchez
El presente trabajo analiza el riesgo de desarrollar hipoacusia inducida por el ruido en el colectivo de estudiantes de música como consecuencia de su propia actividad de práctica, estudio y ensayo con el instrumento, al estar expuestos de forma prolongada a sonidos de elevada intensidad.
Por una parte se ha examinado la literatura sobre los problemas de audición en los músicos y se han revisado los conceptos físico-biológicos básicos en la audición, con objeto de identificar el proceso que desemboca en pérdida de la audición. Además, se ha analizado la legislación laboral vigente, con el fin de determinar cuáles son los parámetros influyentes y los umbrales de estos que determinan la aparición de dicho riesgo. Por otra parte, se ha realizado una investigación de campo para determinar dos aspectos fundamentales: uno, a través de un conjunto de mediciones sonoras, con objeto de determinar si los estudiantes, durante sus sesiones de estudio, están sometidos a niveles de ruido que suponen riesgos para su salud auditiva y otro, a través de una encuesta realizada entre los alumnos de un conservatorio de música profesional, con objeto de identificar cuáles son los hábitos de estudio y de protección auditiva de este colectivo.
Las conclusiones apuntan que los niveles de exposición al ruido pueden llegar a ser peligrosos cuando se superan las dos horas de estudio diario y en consecuencia, existe riesgo potencial de desarrollar y padecer hipoacusia inducida por el ruido, en casi la mitad del colectivo de estudiantes de música, especialmente aquellos que han manifestado su deseo de orientar su futuro profesional hacia la interpretación musical.
1. Introducción.
‘La música ha estado asociada desde siempre al bienestar, al equilibrio emocional y al divertimento. Es posiblemente por este motivo que cuando pensamos en un músico lo relacionamos con la salud y es difícil imaginarse, tanto a nivel de la población general cono entre los mismos músicos, que existe un riesgo de lesión’. [Roset-Llobet & all. (2000, P. 1)]
En efecto, un amplio espectro de problemas aguardan al músico. Entre ellos, los más importante son aquellos que afectan al sistema músculo-esquelético: las extremidades superiores y las cervicales, como consecuencia de largos periodos de permanencia (sobreuso) del músico en posturas forzadas (tensional-postural),
‘Raramente los problemas que presentan los músicos son banales. Un número importante de músicos “convive” con las molestias una buena parte de su carrera. El músico es poco consciente de los problemas que tiene y, por lo tanto, consulta al especialista demasiado tarde’. [Roset-Llobet & all. (2000, P. 11)].
Pero no solo los aspectos músculo-esqueléticos, deben preocupar al músico y, en consecuencia, al futuro estudiante de música, también otros problemas, a los que se dedica una menor atención, como el riesgo de desarrollar hipoacusia en los estudiantes de música, sobrevenida por la propia actividad, deben ser abordados, tanto por parte de las administraciones educativas, como por los propios estudiantes de música.
‘La música clásica produce un traumatismo acústico que se debería reconocer como enfermedad profesional. Los músicos están obligados a protegerse los oídos y a realizarse revisiones periódicas’ [Morais, D.& all. (2007, P. 401)].
Sirva la cita anterior como muestra de que este problema es de especial preocupación en el colectivo de los músicos profesionales. En efecto, el 7 de mayo de 2008, el diario “La Vanguardia”, bajo el título “Orquestas con sordina” (anexo 1) publicaba la noticia que los músicos de la orquesta barcelonesa OBC comenzaban a usar protectores reductores de sonido abocados por la normativa de la UE y siguiendo el ejemplo de otras orquestas del Reino Unido y de la Radio de Baviera. Hoy mismo, cinco años después de aquello, ya no es inusual encontrar músicos profesionales de orquesta que usan tapones de protección auditiva durante las interpretaciones.
La disposición transitoria única del RD 287/2006, de 10 de marzo, establecía que no seria de aplicación dicho RD en los sectores de música y ocio hasta el 15 de febrero de 2008, por lo que, a partir de dicha fecha, los músicos profesionales están sometidos a las mismas disposiciones sobre la protección de la salud y la seguridad de los trabajadores contra los riesgos relacionados con la exposición al ruido.
‘La pérdida auditiva en los trabajadores ocurre gradualmente en la mayoría de los casos, incrementándose con el tiempo de exposición y con la edad de la persona. El primer conocimiento del daño normalmente empieza en general con la pérdida de palabras ocasionales durante la conversación, y dificultad en la comprensión de las palabras cuando se habla por teléfono. Desgraciadamente, cuando el trabajador se da cuenta de este problema, generalmente es demasiado tarde. Se pierde la habilidad de oír la frecuencia alta, por ejemplo, una flauta o flautín, o incluso los susurros suaves. Cuando el daño continúa, puede ser lo suficientemente importante para producir molestias; y no hay ninguna cura. Los audífonos no restauran el oído dañado, aunque ellos pueden ser de ayuda limitada a algunas personas. De allí, la importancia de detectar tempranamente la Pérdida de la Audición Inducida por Ruido.’ [Moscoso, B. (2003, P. 25). Lima.]
El ruido, ya es un tema que preocupaba a los estudiantes de música por las disposiciones cada vez más restrictivas en materia medioambiental, y más concretamente las que hacen referencia a la contaminación acústica y que tantos trastornos ocasionan a la hora de planificar sus sesiones de estudio, se le añade ahora el riesgo que puede llegar a representar para su salud auditiva. Sin embargo, en el currículo de las enseñanzas musicales, tanto profesionales como superiores, en las que si se aborda otros problemas como los posturales o músculo-esqueléticos (técnica Alexander, técnicas de relajación, etc.), sigue sin abordarse este aspecto. A través de este trabajo, se pretende analizar, por una parte, que los alumnos de conservatorios, están sometidos a niveles de ruido que sobrepasan el umbral máximo y las dosis de exposición diaria permitidas por la legislación, y por otra parte, demostrar que no existe en este colectivo la suficiente sensibilización y formación sobre los riesgos a los que están sometidos. Para ello, se ha realizado una investigación de campo con una doble metodología: por un lado, se apoya en la tecnología para determinar los niveles de ruido que se alcanzan durante las horas de ensayo, a través de un conjunto de mediciones sonoras. Estas mediciones tienen por objeto determinar si el estudiante está expuesto a riesgos para su salud auditiva. Por otra parte, se apoya en elementos sociológicos, a través de la realización de una encuesta entre los estudiantes de un conservatorio profesional de música, y que tiene por objeto determinar cuales son sus hábitos de estudio diario, como es el tiempo de práctica instrumental diaria y cual es su grado de sensibilización hacia la pérdida de audición, incluso llegar a conocer cuáles son sus hábitos de protección.
LA ENCUESTA
La parte sociológica del trabajo fue realizada a través de la realización de una encuesta anónima (anexo 2) a la que se han sometido a 250 alumnos de grado profesional del Conservatorio Profesional de Música de Valladolid durante la primera semana del actual curso 2013-14 (inicio el 30 de septiembre).
La encuesta fue diseñada mediante una herramienta web de encuestas online (www.encuestafacil.com) y ha sido estructurada tal y como se indica en la investigación de campo (apartado 3.2.). Aunque la utilidad permitía su cumplimentación vía web, se ha preferido por razones operativas que la cumplimentación se realizada directamente sobre papel, lo que permitió realizar un apreciable control de los plazos de realización por parte del equipo pedagógico del conservatorio, con la implicación del director del centro en el lanzamiento de la encuesta y la del conjunto de profesores en su realización. Acompañando a la encuesta se facilitó a los alumnos una hoja explicando sus objetivos y características de la misma.
LAS MEDICIONES SONORAS Y TRATAMIENTO
Esta parte de la investigación experimental ha sido abordada a través del registro, procesamiento, análisis e interpretación de un conjunto de mediciones sonoras tomadas durante la interpretación de un conjunto de fragmentos representativos del trabajo cotidiano de un estudiante de música de la especialidad de flauta travesera y piccolo.
Las mediciones han sido realizadas en el laboratorio de Física Aplicada de la Escuela de Ingenierías Industriales de la Universidad de Valladolid. El procesamiento posterior de los resultados de estas mediciones y el análisis de la reglamentación laboral vigente, ha tenido por objetivo traducir o convertir los resultados de niveles de ruido obtenidos en riesgos reales y evidentes de desarrollar pérdida de audición.
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Extracto del trabajo fin de máster Evaluación del riesgo de desarrollar hipoacusia en el colectivo de alumnos de conservatorios de música
Universidad Internacional de La Rioja. Facultad de Educación
Director: David Fernández Durán.
Valladolid, Octubre 2013