Vía: ABC.es | COSME MARINA
Según su página web, el director de orquesta y clavecinista británico murió en su casa de Cambridge, a los 73 años, tras una larga enfermedad
A mediados de agosto fallecía uno de los grandes nombres de la música antigua, Frans Brüggen y poco más de un mes después, hoy miércoles 24 de septiembre, ha muerto en su casa de Cambridge, Christopher Hogwood, otro de los pilares en la interpretación historicista.
Estamos ante uno de esos músicos clave en el cambio de visión conceptual sobre el repertorio barroco y del primer clasicismo, desde otra de las grandes escuelas europeas, la británica, que él engrandeció a través de sus versiones elegantes y exquisitas, con la formidableAcademy of Ancient Music que fundó en 1973 y de la que aún era director emérito.
A Hogwood, que además de director de orquesta, era clavecinista y musicólogo, le debemos importantísimos estudios del periodo barroco con libros que son referencia como su biografía de Haendel que en España editó Alianza Música.
Uno de los aspectos que mejor definen el ingente legado de Hogwood es su dedicación a la transmisión de la música antigua a través del disco.Más de doscientas grabaciones, la mayoría de ellas con la Academia de Música Antigua, y buena parte de ellas publicadas en Decca, hablan por sí solas de la profundidad de su empeño divulgativo. Si a ello añadimos las continuas giras de conciertos mundiales, también centenares, y en un asombroso número de países, esto nos da la medida exacta de un embajador infatigable que llevó a todos los rincones la música de Haendel, de William Byrd o de Mozart, entre otros muchos compositores. Pero no agotó su interés centrándose en este periodo de forma exclusiva. También buceó en el siglo XX de la mano de autores como Britten o Stravinsky.
Vinculación con España
La vinculación de Hogwood con nuestro país fue intensa desde que a comienzos de los años setenta grabase, formando parte de The Early Music Consort of London, música de compositores como Alonso de Mudarra, Juan de Anchieta o Antonio de Cabezón. Realizó, al frente de su agrupación, giras continuas en las principales salas de conciertos y festivales españoles y también se puso al frente de diferentes orquestas del país. Era, en este sentido, un buen conocedor de nuestra realidad cultural y también del legado musical español que valoraba de manera muy relevante.
Hogwood se formó con nombres de la talla de Rafael Puyana y Gustav Leonhardt. Clave en su trayectoria fue, precisamente, entrar en contacto con David Munrow y colaborar con Early Music Consort of London, paso previo a la fundación de su propio grupo que se dedicaría de manera preferente a la interpretación de la música barroca y del clasicismo.
Un paso adelante en su carrera fue su debut en el campo lírico, en 1983, en Saint Louis, Missouri. Desde entonces su presencia en el foso fue continua, en América y Europa, en algunos de los teatros más importantes del circuito lírico. Con su muerte se cierra un nuevo capítulo de las primeras generaciones de músicos que dieron un vuelco, cada uno desde su propia óptica, al abordaje de la música antigua. Ahora esa labor suya será objeto de estudio y recuerdo.