Vía: www.dw.de/ Por Rick Fulker (VC/PK)
Los músicos de la Filarmónica de Berlín no lograron ponerse de acuerdo para elegir a su nuevo director. ¿Qué significa para la orquesta? Rick Fulker comenta las consecuencias de la votación.
Según los resultados provisionales de la votación, por lo pronto, ni el venezolano Gustavo Dudamel ni el argentino Daniel Barenboim ni el canadiense Yannick Nézet-Séguin asumirán la dirección de la Filarmónica de Berlín.
Tras casi doce horas de debate, no se llegó a ningún acuerdo. Esto es algo insólito en la historia de la famosa orquesta. Es sabido que la democracia no siempre funciona sin problemas, y mucho menos la democracia de base que ejerce la Filarmónica de Berlín: cada uno de los 124 músicos fijos puede emitir su voto, con excepción del director y secretario general que están excluidos del proceso electoral.
Y ahora, ¿qué sigue? A lo largo de este año, los músicos volverán a reunirse para elegir al sucesor de Simon Rattle, dice el director de la junta directiva de la orquesta, Peter Riegelbauer.
El puesto más difícil del mundo
Simon Rattle lo ha dicho muchas veces: se trata del puesto de director de orquesta más difícil del mundo. No solo se debe a la autoconfianza, por no decir arrogancia, de los músicos, sino que el director jefe también es el director musical y, por ende, responsable de todos los aspectos culturales de la organización.
Ya de antemano, el rencor se había extendido y las esperanzas habían sido rebajadas. Andris Nelsons, de la Orquesta Sinfónica de Boston, declinó postularse para el puesto argumentando que era demasiado joven. El venezolano Gustavo Dudamel recientemente renovó su contrato con la Filarmónica de Los Ángeles hasta 2022. Por su parte, Daniel Barenboim –que a lo largo de su carrera fue pasado por alto dos veces (la orquesta eligió en su lugar a Claudio Abbado y después a Simon Rattle)– explicó claramente que no estaba a disposición. Son pocos los que aún arriesgarían postularse ante la posibilidad de no ser elegidos y quedar mal.
La era Simon Rattle
Hace 13 años Simon Rattle asumió la dirección de la Filarmónica de Berlín. Desde entonces, los tradicionalistas critican que se enfoca demasiado en un repertorio nuevo, desatendiendo la tradición clásica-romántica alemana. Sus defensores, en cambio, están fascinados con el nuevo rumbo que ha emprendido Rattle: con difusión multimedia y proyectos educativos, cumplió con su promesa de preparar a la Filarmónica de Berlín para el siglo 21.
Ya hace tiempo que los músicos de la Filarmónica de Berlín se han convertido en una marca: el año pasado lanzaron su propio sello discográfico. Su “Digital Concert Hall” (Sala de Concierto Digital) para las transmisiones de conciertos en internet sienta nuevas bases.
¿Cómo se presentará la orquesta en el futuro? ¿Es tiempo de concentrarse en los valores tradicionales o de seguir abriéndose al mundo digital y la vanguardia musical? En la próxima votación, los músicos deberán tener el valor para elegir a un director menos conocido. Los candidatos actuales saben que no cuentan con el apoyo de gran parte de los músicos. Lo único que está claro es que la imagen de la marca de la Filarmónica de Berlín ha sido dañada.