El músico venezolano, de tan solo treinta y cinco años, asegura que ha cumplido un sueño
Vía: www.abc.es | Por J. B. Madrid
Más de cincuenta millones de personas en cerca de un centenar de países verán mañana cómo un animoso venezolano, Gustavo Dudamel, se convierte en el director más joven en ponerse al frente de la Orquesta Filarmónica de Viena para el tradicional concierto de Año Nuevo de la capital vienesa. Dudamel será el segundo director hispanoamericano en ocupar el podio en este popular acto, después de que el argentino Daniel Barenboim lo hiciera en los años 2009 y 2014.
Gustavo Dudamel (Barquisimeto, Venezuela, 1981) aseguró durante la presentación del concierto que dirigirlo era «un sueño hecho realidad». Según Andreas Großbauer, presidente y primer violinista de la orquesta vienesa, aún se puede oír el grito de alegría que dio el joven director cuando le llamó para proponerle dirigir el concierto en el Musikverein.
«Ha sucedido antes de lo esperado y lo hace eso aún más especial», dijo el músico, que aseguró que ya puede «entrar en paz en el paraíso). «Nunca me lo imaginé siendo un niño de Barquisimeto (Venezuela) y era como algo realmente lejano», afirmó Dudamel, director titular de la Filarmónica de Los Ángeles y de la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar.
Nacido en 1981, estudió violín y dirección de orquesta en su país natal. Trabó relación con José Antonio Abreu, fundador de «El Sistema» (Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela), con el que comenzó a trabajar y a adquirir notoriedad. A pesar de su juventud, dirige habitualmente a las mejores orquestas del mundo. «Creo que es un logro de todos, porque yo crecí en “El Sistema”, que es mi familia, estas cumbres que uno va logrando; lo asumo como parte de una generación que tiene que construir ese espacio para que los niños sigan soñando y eso es», dijo.
Dudamel dirigirá un programa que incluye piezas de Franz Lehár, Émile Waldteufel, Josef y Johann Strauss (padre e hijo), Franz von Suppé, Carl Michael Ziehrer y Otto Nicolai; siete de las piezas no se han tocado nunca en el Concierto de Año Nuevo.