Se trata de un descubrimiento de gran valor, puesto que solo se conocía al compositor por el óleo de Haussmann. La pieza, en la que aparece Bach con 45 años, data de 1730 y sera presentada al público en la Catedral de Berlín a partir del 13 de marzo
Hasta hoy sólo conocíamos a Johann Sebastian Bach (1685-1750) por el óleo que el pintor Elias Gottlob Haussmann realizó al compositor de las Variaciones Goldberg en 1746. Ahora, un retrato que se daba por perdido ha reaparecido en Berlín. Se trata de una pintura al pastel que data de 1730 cuando Bach tenía 45 años y que ha sido comprada por el Museo Bach, de Eisenach, por 50 mil euros.
El pastel, que presenta un Bach 16 años menor que el del óleo de Haussmann, ha sido cuidadosamente estudiado y según el director del Museo Bach, Jörg Hansen, «consideramos que se trata de un auténtico retrato de Johan Sebastian Bach». La autentificación del lienzo proviene de una comparación detallada entre la pintura de Hausmann y el cuadro descubierto.
Según Hansen, la existencia del pastel se conocía desde hace mucho a través de dos cartas del hijo de Bach, Carl Philipp Emanuel, quien escribió estar en posesión del cuadro que ha sido adquirido de un coleccionista privado.
Ahora, la ciudad natal de Bach, Eisenach y aquella donde murió, Leipzig, tienen cada una un retrato del compositor alemán: el archiconocido óleo de Hausmann ocupa un sitio en el antiguo ayuntamiento de Leipzig, mientras el Museo Bach de Eisenach albergará al cuadro recuperado que será presentado al público en la Catedral de Berlín a partir del 13 de marzo. Bajo el título «Echt Bach!» (¡Bach de verdad!), el Museo Bach de Eisenach presenta en la Catedral berlinesa una serie de objetos y documentos en torno al protagonista máximo de la música barroca, entre ellos el primer retrato conocido del compositor.
Según Hansen, el cuadro fue descubierto entre 1927 y 1928 como parte de la colección de Manfred Gorke de Eisenach quien recibió el pastel como herencia de su bisabuelo. Luego de la disolución de la colección de Gorke, se sabe que el retrato de Bach fue a parar a un particular de Berlín, perdiéndose luego hasta hoy su paradero. El retrato recuperado de Bach vuelve así a su natal Eisenbach, en el Estado federado de Turingia, la ciudad en la que Martín Lutero tradujo el Nuevo testamento.