Vía: Loffit.abc.es | Agradecidos con María Elisa Flushing por enviarnos el enlace de esta nota
Maurice es famoso por un bolero pero la obra de este genial compositor francés, que nació un 7 de marzo -el de 1875- es más que una única composición. Profundamente impresionista y emocional, Ravel cuidaba al máximo cada detalle de sus obras y era también un confeso perfeccionista. Esa mágica mezcla de talento, emocionalidad y trabajo le ha llevado a ser reconocido como el gran maestro de la música orquestal gala. Su padre -un ingeniero suizo- y su madre -de origen vasco- resultan ser intensas influencias en su obra en la que se descubre con facilidad cierto gusto por lo español y el eco de sonidos mecánicos; a los siete años se adentró en el mundo de la música iniciando su formación; su trayectoria fue lenta e incuestionable hasta que una enfermedad neurológica afectó su cerebro de tal modo que ya no pudo componer más; se marchó a los 62 años dejando su obra como huella imborrable en el mundo y también dejó dichas algunas cosas que hoy recordamos.
“Deberíamos recordar siempre que la sensibilidad y la emoción constituyen el contenido real de una obra de arte.”
“La música, siento, debe ser primero emocional y después intelectual.”
“La tradición es la personalidad de los imbéciles.”
“El único romance que he tenido ha sido con la música.”
“Hice mi trabajo lentamente, lágrima a lágrima, lo arranqué de mi a pedazos.”