Por Patricia Aloy
Este viernes 6 de marzo, la Sinfónica Juvenil de Caracas interpretará la Suite para Orquesta “El Mandarín Maravilloso” de Béla Bartók, conducida por el joven Jesús Eduardo Uzcátegui, en la Sala Simón Bolívar del Centro Nacional de Acción Social por la Música, a las 5:00 p.m.
Esta convocatoria es especial porque presenta una pieza que forma parte del repertorio de la Competencia Internacional “Malko” para Jóvenes Directores, de la cual Jesús ha calificado como candidato en nombre de Venezuela y que tendremos oportunidad de escucharla en la ciudad, ya que,la misma tiene mucho tiempo sin interpretarse y representa un reto para cualquier orquesta.
Desde hace más de cuatro años, hemos visto los titulares de conciertos en todo el territorio nacional que son conducidos por Jesús, un joven que forma parte de los segundos violines de la Sinfónica Juvenil de Caracas y que ha demostrado el interés por seguir la carrera como director de orquesta. Han sido tantos conciertos que lo consideramos un conductor en entrenamiento, como si fuera un maratonista.
Jesús nos comenta que la inquietud por dirigir surge debido a la necesidad de sentir y descubrir la música a través de toda la orquesta y no sólo por medio del violín. Desde entonces su percepción ha cambiado porque no es tarea sencilla mantener la concentración de 120 personas a diferencia de los 24 de la fila.
Agradece a El Sistema de Orquestas, al maestro Abreu y al maestro Dietrich Paredes por darle la primera oportunidad de enfrentarse con una orquesta sin tener ningún conocimiento desde el pódium. “Poco a poco, el sueño se va haciendo realidad”. Conducir tantas orquestas se ha traducido en una oportunidad de aprendizaje.
Tuvimos la oportunidad de hacerle algunas preguntas a Jesús, para conocer mejor su percepción desde varios aspectos
-¿Miedo escénico?
Demasiado pero trato de canalizarlo a través de la respiración.
– ¿Y si suena un celular a la mitad del concierto?
Dependiendo del momento esperemos suene en un gran fortissimo de la orquesta y sea totalmente imperceptible.
– ¿Piensas que la música debería ser obligatoria en la cultura?
Por supuesto, cito al maestro Abreu: “un ser humano sin cultura es un ser incompleto”
– Si pudieras agregar alguna novedad a la técnica orquestal ¿Qué sería?
Creo que agregaría un masajeador para la espalda de los directores
– Concuerdas con Riccardo Muti que dirigir una orquesta es “la profesión más difícil del
mundo”
Completamente de acuerdo, ésta es una profesión difícil. Debes tener una coordinación completa de cuerpo, mente y alma.
– ¿Tienes alguna especialidad en la que desees profundizar: ópera, ballet o un director integral?
Ya tuve la oportunidad de dirigir un ballet y me pareció extraordinaria la experiencia, me gustaría ser integral.
– ¿Y cómo hace un joven director para imponerse a una orquesta?, ¿cómo ves el tema del liderazgo?
No hace falta imponer nada, en la música nada es impuesto. Tú trabajo hará que la orquesta te respete.
– Para ser tan joven ¿cómo resuelves el tema de las variantes, cómo la acústica, o simplemente saber cómo debe sonar la obra?
El cómo debe sonar la obra te lo da el estudio, el leer sobre el compositor, el contexto en el momento que escribió la obra. Esos son detalles muy importantes a la hora de interpretar. En cuanto a la acústica, debes usar tú oído musical.
– Háblanos de la pieza de Bartók “El Mandarín Maravilloso” ¿Van a interpretar todos los movimientos?
Esta es una obra genial, un pequeño ballet pantomima en un sólo acto pero el mismo Bartók hizo un pequeña suite para acortar el ballet y reducir la duración de la obra
– Coméntanos sobre la Sinfonía No. 4, de Brahms
Está obra es sencillamente maravillosa debido a que Brahms usó muchos elementos que Bach usaba en sus obras, como la cantata y las fugas, esas características la hacen sobresaliente. Es una mezcla entre la sabiduría de Bach y el desarrollo del sonido orquestal de Brahms.
– Dicen que en todas la piezas de Brahms cada anotación tiene un valor absolutamente auténtico. En esta pieza ¿cuál sería el reto?
El reto más difícil en la pieza de Brahms es el sonido, es sumamente difícil lograr un sonido denso, que sientas que te arropa sin necesidad de tomarte.
– ¿Cómo equilibras físico, mente y emoción en tu interpretación?
Aún estoy en la búsqueda del equilibrio, creo que es lo más difícil para un director porque debes lograr que la música no sea tan visceral pero tampoco tan cerebral.
– ¿Concuerdas es que la música es un camino para la integración?
No hay mejor camino para la integración social y cultural que la música
– Dedícale al Sistema unas palabras, en sus 40 años
Necesitaría unas cuantas noches más para poder agradecerle al Sistema y al maestro Abreu por permitirnos ser parte de está maravilloso historia, que cada día crece más. Quiero seguir dedicándole más años de mi vida porque esa es mi única manera de decirle gracias.