Un programa bioinformático revela que sobreviven las músicas que mejor se adaptan a los oyentes
Un equipo internacional de científicos ha creado el programa bioinformático DarwinTunes para demostrar el papel del oyente en la evolución de las melodías. El programa ha demostrado que, como en la teoría de las especies, siempre sobrevive la música que mejor se adapta, es decir, la más escuchada.
La selección musical de la audiencia es una fuerza creativa”, ha señalado a SINC Robert M. MacCallum, investigador del Imperial College London (Reino Unido). Este biólogo computacional y su equipo de científicos ingleses y japoneses han creado el programa informático DarwinTunes. Según afirman en un artículo que se publica en PNAS, el mecanismo de la selección natural también es útil para explicar la evolución de la música.
El software DarwinTunes reproduce aleatoriamente bucles de audio, que son secciones cortas de sonido creadas para ser repetidas, lo que en música electrónica se conoce con el anglicismo de loop.
Mediante un algoritmo, los investigadores crearon “genomas digitales”. Cada uno de ellos codificaba un programa con información específica sobre la posición de las notas, la instrumentación y la interpretación que, al ejecutarse, emitía un loop.
Proceso darwiniano de selección
La única presión selectiva a la que se sometieron los bucles fue a la audición y valoración de 7.000 participantes en la interfaz.
Durante el experimento, los bucles mejor clasificados se replicaron para producir nuevos cortes sonoros.
De la misma forma que pasa con los seres vivos, la recombinación y las mutaciones del material original crearon material nuevo.
Lo que era ruido pasó a ser música atractiva después de 2.500 generaciones de bucles, en parte debido a la evolución de los acordes y los ritmos estéticamente agradables.
Según los investigadores, esto demostraría que la diversidad musical no nace únicamente de la trasmisión de un músico a otro.
También influyen las preferencias del oyente a la hora de reproducir y difundir las canciones.
“Antes de nuestro experimento, ya sospechábamos que los estilos musicales evolucionaban por un proceso de selección darwiniano”, dice MacCallum después de analizar los datos de DarwinTunes.