DANIEL FERNÁNDEZESPECIAL/EL NUEVO HERALD
Pocas veces se ha visto tan colmado el Knight Concert Hall del Adrienne Arsht Center como en la tarde del domingo 5 para la apertura de la nueva temporada de la Miami Symphony (MISO), con su director, Eduardo Marturet. Con el nombre de Grand Season of the Piano, la serie se anuncia con gran protagonismo para ese maravilloso instrumento y cuenta con el apoyo de la famosa fábrica de pianos Steinway & Sons.
La tarde abrió con una hermosa pieza que lamentablemente se ha vuelto muy poco frecuente, la obertura Mar en calma y viaje auspicioso, de Mendelssohn. Inspirada en dos poemas de Goethe, la obra evoca la calma, la breve tempestad y luego la paz de un arribo feliz y en paz. Esa paz por la que habría de abogar más tarde el maestro Marturet en su breve alocución al público.
La interpretación de la orquesta recibió merecidos aplausos, aunque la siguiente oferta, la Rapsodia sobre un tema de Paganini, de Rachmaninov, plato fuerte del concierto, sin duda recibió una acogida mucho más entusiasta. Desde que saliera a escena la bella pianista Lola Astanova, con tacones altísimos y un vestido dorado de falda a medio muslo, el público se mostró muy agradecido. La ejecución de la aclamada solista no defraudó a los asistentes, por su irreprochable técnica y su dramática entrega. Esta obra requiere especial cuidado en el uso de las dinámicas, pues a veces la orquesta oblitera al piano. Sin embargo, la comunión entre Astanova y la MISO fue armoniosa y por momentos, mágica, ya que podía escucharse la fuerza de la orquesta sin perder los pianos del piano (y valga la redundancia). Marturet fue sin duda el gran artífice de este acople, que con la especial acústica de la sala logró hacer audibles hasta los más sutiles contrastes, muy especialmente, en los memorables compases finales.
Ante la ovación del público, Astanova regaló como encore su interesante versión del Estudio opus 25, # 12, de Chopin.
La segunda parte de la tarde comenzó con la ceremonia en que Douglas Thill, mánager de la Steinway Piano Gallery de Miami, a nombre de Steinway & Sons, incluía oficialmente a Marturet en la distinguida lista de personalidades que integran los Steinway Artists. El maestro agradeció la distinción y, después de una breve presentación de la obra siguiente, laSinfonía no. 1, en do menor, op. 68, de Brahms, que dedicaba a la paz en el mundo, como dijimos, se lanzó en una cuidada interpretación de esta joya del repertorio.
En cuatro movimientos, la monumental obra no arrancó con toda la brillantez posible, sin embargo, el complejo espíritu que la caracteriza fue haciéndose presente con mayor inmediatez y definición a partir del intenso y vibrante tercer movimiento, para lograr una apoteosis extraordinaria en el movimiento final que lógicamente, obtuvo una larga ovación de pie y gritos de “Bravo”.
Así comienza una temporada que promete ser de las más triunfales de esta orquesta de Miami que sigue creciendo y ganando público, además del reconocimiento y apoyo de instituciones prestigiosas internacionales y mecenas. •
El próximo concierto de la Miami Symphony será el 16 de noviembre, 6 p.m., ‘50 Years of The Beatles’, en el Arsht Center. (305) 275 5666, www.themiso.org y www.arshtcenter.org.