Prensa OSV
Lizbeth Pereira Zuleta, integrante de la Orquesta Sinfónica de Venezuela (OSV), desde mediado de junio del 2015, cuenta con calidez que la música le llegó a través de su papá, un músico popular que siempre quiso que creciera en este arte maravilloso, la inscribió en el núcleo de Orquestas Infantiles y Juveniles Jesús María Torrealba, en San Juan de los Morros, estado Guárico y así comenzó lo que se convirtió en su gran pasión.
Para Lizbeht la motivación de pertenecer a la OSV, nació cuando era principal en la fila de cornos de la Sinfónica de Guárico y su director en ese entonces, el maestro Marcos Carrillo, les ponía a sus intérpretes como un ejemplo a seguir la Sinfónica de Venezuela, considerada la principal orquesta del país.
Tiempo después llegó la oportunidad para la cornista de participar en un proceso de audición de la OSV, manifiesta que fue todo un reto, puesto que “el repertorio es muy exigente, pero fue satisfactorio ejecutarlo” agrega que definitivamente fue una experiencia de la que aprendió mucho, “me ayudó a demostrarme que si podía, que aunque fuera de alto nivel, yo estaba apta para ello”.
Ser parte de la Sinfónica de Venezuela es para Lizbeth un gran orgullo, “siempre fue una orquesta modelo para mí, gracias a Dios que hoy tengo la oportunidad de hacer lo que me gusta, en un excelente ambiente”. En este sentido afirma que más que un trabajo, es lo que le apasiona. De sus colegas asegura haber aprendido “a ser profesional, la importancia de trabajar en equipo y ayudar a los demás sin barreras”.
El mensaje de esta joven de 31 años, para los que se están iniciando en la música es “que sigan adelante, sin mirar atrás” asegura que no importa cuan difícil se tornen las cosas, ni que existan personas que digan que no se puede, si se lucha por lo que se quiere es posible lograrlo, con dedicación, constancia y disciplina”.