Vía: Panorama.com.ve | Escrito por Yesenia Rincón Castellano

Siendo un “veinteañero”, el italiano Alessio Bax ganó dos de los concursos internacionales para pianistas más importantes del mundo y tocó como solista con algunas de las orquestas y directores de fama mundial. Hoy, con 35 años, gracias a la fraternidad musical que el Festival y Academia Nuevo Mundo (Fanm) estará en el escenario del Teatro Baralt.
Allí compartirá su repertorio con el Cuarteto Dalí String, de Estados Unidos, por lo que la ocasión valió para tener una tertulia periodística sobre su destacada carrera, con un dominio fluido del castellano, aunque con marcado acento madrileño y el humor a flor de piel.Bax ha colaborado con directores de trayectoria mundial como Dimitriev Alexander, Yuri Temirkanov, Daniel Barenboim y Simon Rattle, entre muchos otros. Además, quiere agregar a su lista al barquisimetano Gustavo Dudamel.
“De Dudamel se dice que tiene un conocimiento profundo de la dirección y una conexión muy directa con la música y el público”, argumentó el ganador de concursos tan prestigiosos como el Leeds International Pianoforte de Inglaterra y el Internacional de Piano de Hamamatsu, de Japón, quien con risas fáciles, cuenta que es pianista por una “carambola” .
“En una Navidad mis padres fueron a comprar mi regalo muy tarde y la tienda más grande de juguetes estaba abarrotada de gente. La única área que estaba vacía era la de instrumentos musicales, entonces me compraron un teclado eléctrico. Desde el primer día me encantó. Luego quería otros y otros, hasta que llegué a tener un piano”, recuerda Alessio con el azul de sus ojos relumbrante al hablar de poblado natal, Bari, al sur de Italia.
Tras ese juego con el teclado, el precoz niño sacó los estudios de piano en el Conservatorio de Bari en cinco años, cuando normalmente se hacen en 10. Desde entonces, su carrera no se detiene.
“ He tenido suerte en esta vida musical. Nunca me paré a pesar que iba a ser músico. Quería se futbolista como la mayoría de los italianos, pero me di cuenta, muy rápidamente, de que no lo iba a ser cuando vi lo mucho que jugaban los demás —estalla en risas—. Entonces mi destino es ser músico”.
Del Sistema Nacional de Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela, admira no solo la cantidad de niños insertados, sino el público joven que arrastra.
“Sin entrar en discusiones sociales, porque es una materia que no domino, los resultados de El Sistema son estupendos —determinó el pianista—.
En el mundo por lo general es frecuente mirar al público y ver más cabellos grises que jóvenes.
Mientras que aquí hay demasiados jóvenes. Ellos crean una atmósfera muy especial”.
La gratuidad de la formación y los conciertos fue otro de los factores admirados por el joven músico.
“Eso en Europa no existe. Venezuela es un ejemplo. Creo que no hay excusas para no fijarse en El Sistema venezolano. Si en un país pueden hacerlo, todos pueden. Esta una lección de vida muy importante”, finalizó.