Laura y Marta son los primeros bebés que nacen en el mundo tras ser fecundados con música. Se mueven, juegan y parlotean como otros bebés de su edad, aunque la música juega un papel especial en su vida desde el […]
Una bióloga de la Unidad de Reproducción Asistida de la Clínica Vistahermosa de Alicante trabaja con probetas en el centro que después de que fuese autorizado por la Generalitat para congelar ovocitos para enfermas de cáncer, el responsable de este proyecto José Jesús López Gálvez, ha comprobado que sólo quince pacientes han sido atendidas de las treinta que han acudido a la consulta a informarse sobre esta técnica de reproducción asistida. EFE/Manuel Lorenzo
Laura y Marta son los primeros bebés que nacen en el mundo tras ser fecundados con música. Se mueven, juegan y parlotean como otros bebés de su edad, aunque la música juega un papel especial en su vida desde el mismo momento de su fecundación.
Sus padres, una pareja de Barcelona, recurrieron a la Fecundación In Vitro tras varios años de infertilidad. Como ellos, otras parejas españolas y de otros 16 países ya han conseguido ser padres mediante este nuevo avance de la Reproducción Asistida.
El nacimiento de Laura y Marta ha sido posible gracias a un programa pionero de I+D+i que Institut Marquès presentó el pasado mes de julio en el congreso de la Sociedad Europea de Reproducción (ESHRE) en Londres.
La innovación se basa en la aplicación de micro vibraciones musicales en las incubadoras de embriones en las que permanecen los óvulos antes de ser fecundados hasta el día en que son implantados en el útero de la mujer.
“Las vibraciones de la música remueven los medios de cultivo en los que se encuentra el ovocito, producen un reparto más homogéneo de los nutrientes que necesita y evitan que se acumulen los productos tóxicos.
Todo ello comporta una mejora del 5 % de la tasa de fecundación, es decir, de las posibilidades de que el espermatozoide fecunde el ovocito” apunta la Dra. Marisa López-Teijón, Jefa de Reproducción Asistida de Institut Marquès y principal autora del estudio.
¿Musicoterapia para embriones?
Los efectos de la música en el embrión durante la gestación han sido ampliamente estudiados. Se sabe que en el feto el oído empieza a formarse durante las primeras semanas y que es el sentido que alcanza un mayor desarrollo intrauterino.
El feto no sólo percibe sonidos del exterior sino que es capaz de identificar la voz de su madre e incluso, según estudios recientes, al nacer puede llegar a reconocer esos sonidos.
En el caso de los ovocitos, obviamente se trata de algo totalmente distinto, puesto que el proceso de desarrollo embrionario no se ha iniciado y la música se utiliza únicamente como fuente generadora de vibraciones.
Sin embargo, es inevitable que las parejas que están consiguiendo ser padres con este nuevo sistema se detengan a observar de cerca si sus bebés responden de forma especial ante los estímulos musicales.
En el caso de Laura y Marta, sus padres comentan: “nos hizo mucha gracia enterarnos de que la música favoreció su fecundación, ya hemos observado lo mucho que le gusta a Laura desde que nació y cómo Marta deja de jugar para escuchar mejor una canción y la acompaña moviendo las caderas”.
Reproducir el movimiento en el útero era el gran desafío Los Laboratorios de Reproducción Asistida imitan el ambiente y las condiciones naturales del cuerpo femenino desde el momento en que un espermatozoide avanza al encuentro del óvulo: reproducen los niveles de temperatura, luz y oxígeno que existen de forma natural.
“El gran desafío -afirma la Dra. Marisa López-Teijón- era reproducir los movimientos peristálticos que se dan en las trompas y el útero.
Algunos grupos de investigación lo han lo han hecho aplicando vibraciones mecánicas a las placas de cultivo o incorporando a los medios fluidos dinámicos, nosotros decidimos utilizar la música como fuente de vibraciones”.
Tras el estudio “Impact of exposure to music during in Vitro culture on embryo development” realizado sobre los efectos de la música en la tasa de fecundación, Institut Marquès ha abierto una nueva línea de investigación para medir sus efectos en otras fases del desarrollo embrionario.