Vía: www.larazon.es/ Daniella Mendoza – Madrid.
Su voz la ha convertido en la soprano más importante del momento, pero lo cierto es que sus relaciones amorosas han protagonizado tantos titulares como su talento. Su larga relación con el barítono uruguayo Erwin Schrott fue tormentosa y se dice que terminó por la infidelidad de él. Ahora, finalmente, Anna Netrebko parace haber encontrado la felicidad y la calma junto a Yusif Eyvazov, un tenor de Azerbaiyán con el que se casará este año y con el que se muestra tan feliz como encantada en las numerosas imágenes que cuelga en su Facebook (y en las que se muestra, como ella misma reconoce, cual «fashion victim»). Se comprometieron en una gran fiesta a mediados de 2014, pero no habían confirmado la fecha de la boda hasta el momento. Esta semana la versión rusa de la revista «OK» les dedica la portada y cuenta que la pareja se dará el «sí quiero» el 29 de diciembre en el Palacio Belvedere, en Viena. El hermoso edificio barroco, que hoy es un museo, es el lugar perfecto para celebrar el matrimonio de esta soprano, que los austríacos veneran como a una auténtica reina y a la que todos los años esperan como el mismo maná en el Festival de Salzburgo.
– Historia de cenicienta
La soprano comenzó su carrera en su país, pero fue justamente tras su memorable representación de «La Traviata» en la mencionada cita salzburguesa en 2005 –junto al mexicano Rolando Villazón– cuando su éxito se hizo global.
Mucho antes, cuando tan sólo tenía 16 años, Netrebko trabajaba limpiando el Teatro Mariinsky de San Petersburgo, donde estudiaba canto. Allí la descubrió, cual cuento de hadas, el director de ópera Valeri Guérguiev. Una vez que subió a los escenarios, la soprano consiguió un éxito tras otro, además de fama por su talento, belleza y sensualidad.
En lo sentimental no ha tenido tanta suerte, pues sus relaciones han sido todo menos idílicas. Aunque con Schrott formaba una hermosa pareja que acaparaba flashes y se dejaba querer por las revistas del corazón, en la intimidad las cosas no marchaban igual de bien. Su hijo Tiago, que tiene hoy siete años, fue el regalo que le dejó esa relación. Su prometido asegura que él y el pequeño son «grandes amigos» y que lo considera su hijo. Pero también planea «tener otros niños» con su futura esposa, según declaró poco después de anunciar que se casaban, no sin dejar claro que «Tiago siempre será el número uno».
El resto de la familia de la soprano parece tener una impresión igualmente positiva de su novio, pues tanto la hermana de Netrebko como su padre han dicho a la Prensa que «nos encanta Yúsif. Es relajado, muy abierto y sociable». El tenor es cinco años más joven que la soprano, de 42 años, y comparte con ella la pasión por la cocina, aunque recientemente se ha impuesto una estricta dieta, gracias a la cual ha perdido 15 kilos. «Anna no está tan contenta con esta decisión, porque ella cocina mucho. Pero yo me siento mejor así», comentó Eyvazov sobre su dieta y, con humor, añadió: «Honestamente, también me veo mejor. Al verme junto a una mujer como Anna la gente se preguntaba: ¿por qué le gusta?».
Eyvazov y Netrebko se conocieron en Roma y seis meses después se comprometieron. En noviembre de 2013 la diva lo había dejado con el uruguayo, con lo que el anuncio de su nuevo compromiso hizo circular ríos de tinta debido a la acusada diferencia de físico entre ambos. Sin embargo, la rusa habrá aprendido ya que las apariencias engañan y que la tranquilidad en lo familiar es más valiosa que una cara bonita.
Compromiso por todo lo alto
Si la fiesta en la que se comprometió la pareja es un previo de cómo será la boda, se pueden esperar entonces fastuosidad y grandes gestos. Después de una cena gourmet de cinco platos, Eyvazov se arrodilló frente a todos los invitados, incluída por su puesto la familia de Netrebko, y le pidió que fuera su esposa. Entre lágrimas, la diva le dio el sí y bailaron al ritmo de «Ella», de Charles Aznavour.