Prensa FundaMusical Bolívar
“Lo que más me gustó es poder hacer música con otros niños, sin diferencias”, dijo Francesco, uno de los niños italianos que integran la Orquesta Superar, la primera y recién creada agrupación sinfónica con la que se ha lanzado El Sistema Europa, estructura que agrupa a varios núcleos orquestales y corales que, inspirados en El Sistema venezolano, se han fundado en varios países de este continente.
Lo mismo que sintió Francesco, este 7 de agosto, impregnó el gran salón de la Escuela Técnica de Kuchl, donde 150 niños y adolescentes portugueses, franceses, austríacos, suecos, israelitas, armenios, rumanos e italianos compartieron, sin distingos de ningún tipo, con más de 150 venezolanos, integrantes de la Sinfónica Nacional Infantil de Venezuela, agrupación de El Sistema que ha concentrado todas las expectativas esta semana en el Festival de Salzburgo.
Dos jóvenes directores, el venezolano Andrés David Ascanio y el guatemalteco Bruno Campos, fueron los líderes de esta experiencia que, más que un intercambio, fue la demostración de que las nuevas generaciones de hombres y mujeres del planeta tienen herramientas para echar por tierra cualquier predicción pesimista sobre el futuro de la humanidad.
Como globos de mil colores se elevaron las notas del Danzón N° 2 de Arturo Márquez, la Obertura Guillermo Tell, de Gioachino Rossini; Chamambo, de Manuel Artes; la Suite del Ballet La Estancia, de Alberto Ginastera, y un fragmento de la banda sonora del filme Los piratas del Caribe.
A El Sistema Europa se han integrado instituciones y organizaciones como: European Union Youth Orchestra, Musikskole, el Sistema Orchestre e Cori Giovanilli e Infantile di Italia, Baris is in Muzik, El Sistema Armenia y la Orquestra Geracao.
Unidos por Mozart
Mientras tanto, en la principal sala de la Fundación Mozarteum, la Orquesta Infantil de Mozart, de Salzburgo, y un grupo de la Sinfónica Nacional Infantil de Venezuela realizaron un ensayo abierto al público en el que demostraron que a pesar de las diferencias de la educación musical de cada país, el sentimiento de querer hacer música es igual para todos.
Bajo la conducción del austriaco Christoph Koncz y el venezolano Jesús Parra, los niños interpretaron dos piezas del histórico compositor Wolfgang Amadeus Mozart: la Sinfonía N° 4 en Do Mayor, y el Concierto Para Piano N° 12, ejecutado por la joven Marie Decker. Una vez que demostraron su conocimiento de la obra mozartiana, los pequeños músicos movieron sus caderas y sus instrumentos al son de Chamambo, de Manuel Artes.
La chelista venezolana, Adalus Low Manzini, dijo al finalizar el ensayo: “lo que más me gustó de ellos es que conocen mucho sobre Mozart y su música. Además, me encantó verlos bailar, nosotros les decíamos cómo tenían que moverse y lo hacían”.
Por su parte, el director Koncz, también líder de la fila de segundos violines de la Filarmónica de Viena, expresó sentirse emocionado por la experiencia: “a pesar de no hablar el mismo idioma, y a veces no saber cómo explicar una acotación, los niños entendieron. Sin duda, la música es un lenguaje universal”.
Luego de estas experiencias vitales para su aprendizaje, los niños de la Sinfónica Nacional Infantil de Venezuela siguen ensayando para los dos conciertos que llevarán a cabo el 10 y 11 de agosto en el Festival de Salzburgo. Mañana será el día en que se cumpla el sueño de muchos: ensayar con Sir Simón Rattle.