Kazushi Ono (Tokyo 1960) es uno de los directores japoneses más prestigiosos. Ha sido titular de orquestas como la Filarmónica de Zagreb (durante la guerra de los Balcanes), la del Teatro de la Monnaie y el próximo año se pondrá al frente de la OBC. Debuta hoy en el Palau de la Música dirigiendo la Orquesta de Valencia en un programa dedicado a Chopin y Brahms.
-¿Qué opinión le merece la Orquesta de Valencia?
-La orquesta me gusta mucho. Es muy meticulosa. Estamos buscando el camino de unir el modo en el que vemos la música del programa. Son muy atentos y flexibles.
-¿Qué aspectos son los más difíciles de la segunda sinfonía de Brahms?
-La orquesta tiene su camino para entender esta música. Es como subir una montaña; se puede subir por varias rutas, también por el lado español. Sin embargo, a veces hay que buscar otro camino para llegar a la misma meta; lo importante es el camino que se va a seguir. Por ejemplo, el primer tema de la sinfonía marca la vía que se va a llevar; es importante cómo hay que dirigirlo, no basta con marcar el ritmo.
-¿Qué proyecos tiene para la Orquesta Sinfónica de Barcelona y Nacional de Cataluña (OBC)?
-Lo más importante es ampliar el repertorio, incluyendo obras del siglo XX y también repertorio operístico, en versión de concierto.
-¿Por qué ese interés por la ópera en una ciudad que tiene uno de los mejores teatros de España (Liceu)?
-Yo creo que enriquece a las orquestas. Podemos interpretar obras poco habituales en un teatro de ópera, fuera del repertorio. Para una orquesta sinfónica es muy interesante sentir la voz humana y para mí es fundamental. La voz es la primera manera en la que el ser humano hizo música, después se aprendió a tocar, pero lo primero es la voz. Está detrás de muchos compositores, pensemos en Chopin: su música es pianística, pero amaba el belcanto.
-La OBC es la Orquesta Nacional de Cataluña, ¿qué opina del problema del independentismo?
-Creo que una de las razones por las que he sido elegido director titular, es porque he sido el director de orquestas de regiones que eran bilingües o trilingües. A mi nivel, creo que sé conciliar posibles problemas.