Vía: lasaluddelguitarrista.com
La tendinitis, y en general todas las tendinopatías, son probablemente las lesiones más frecuentes en los músicos en general y por lo tanto también en l@s guitarristas.

Pero… ¿Por qué?
Para responder a esta pregunta debemos atender a diferentes cuestiones:
Por un lado, las características anatómicas y fisiológicas. Los tendones son estructuras formadas principalmente por fibras de colágeno, que tienen muy poca vascularización, por lo que el aporte sanguíneo directo es muy pobre. Además, debido a su función de transmisión del movimiento del músculo al hueso, a menudo sufren un elevado rozamiento contra las estructuras de alrededor, motivo este por el que muchos tendones, especialmente en la mano y el pie, están recubiertos por una vaina sinovial, pero aún así el rozamiento puede ser alto debido al deslizamiento constante del tendón cuando el músculo se contrae.
Por otro lado, las características propias de la práctica de la guitarra, que provoca un trabajo muy repetitivo y a menudo intenso en los tendones del miembro superior, y especialmente los que se insertan o transcurren por codos, antebrazos, muñecas, manos y dedos. No es infrecuente, además, que debido a las características de la obra que se esté estudiando, los tendones se vean sometidos a tensiones combinadas de tracción y rotación, lo que también aumenta la probabilidad de sufrir una lesión.
Para que resulte del todo comprensible, imaginemos el siguiente ejemplo: cogemos una cuerda (formada por muchas fibras), la ponemos en tensión, y la rozamos contra una superficie dura muchas veces seguidas y muchos días seguidos…¿Verdad que no tardará mucho tiempo en “deshilacharse”? Algo así, con sus diferencias evidentes, sucede con los tendones.
¿Cómo podemos prevenir las tendinopatías como guitarristas?
Estas son algunas ideas importantes a la hora de prevenir:
Hacer un buen calentamiento antes de coger la guitarra, ya que así el tendón tendrá más aporte sanguíneo cuando vayamos a tocar, más temperatura y más viscoelasticidad.
Descansar a menudo cuando hagamos movimientos muy repetitivos.
Tratar de relajar la tensión al máximo posible al tocar, parando las veces que sea necesario y sin forzar ninguna posición.
Estirar la musculatura después de la sesión de estudio, para eliminar toda la tensión acumulada y permitir que músculo y tendón recuperen su longitud habitual.
Nunca seguir tocando cuando tengamos dolor, y en caso de duda acudir siempre a un profesional.