Numerosas composiciones musicales del pasado han llegado a nosotros de manera incompleta, ya sea porque no fueron terminadas por el autor o porque han sido dispersadas o destruidas, y aunque no siempre es posible reconstruir científicamente una obra musical; es decir, completar las partes faltantes sin incurrir en un proceso de creación arbitraria, el doctor Fabrizio Ammetto, del Departamento de Música de la Universidad de Guanajuato, estudia la obra de un autor y profundiza en el conocimiento de su lenguaje musical con el fin de encontrar sus “estrategias compositivas”.
En general, una obra musical puede estar incompleta tanto a nivel vertical (por la falta de uno o más movimientos, o secciones) como horizontal (por la falta de una o más líneas melódicas). Algunos ejemplos de obras musicales que quedaron incompletas son: El arte de la fuga BWV 1080, de Johann Sebastian Bach; Réquiem KV 626, de Wolfgang Amadeus Mozart; Sinfonía no. 8 “Incompleta” D 759, de Franz Schubert; Opera Turandot, de Giacomo Puccini; Sinfonía No. 10, de Gustav Mahler, y Concierto para Viola, de Béla Bartók.
Para el caso de Antonio Vivaldi (1678-1741) existen más de cuarenta composiciones instrumentales incompletas, entre sonatas, conciertos y sinfonías; el doctor Ammetto, quien estudia e interpreta la producción musical de los siglos XVII y XVIII, encontró que algunos temas, acompañamientos, estructuras armónicas, entre otros elementos faltantes, estaban presentes –de manera explícita o implícita– en otras de las composiciones de Vivaldi.
Entre las reconstrucciones que el doctor Ammetto ha realizado de las composiciones de Vivaldi están los conciertos (incompletos) para violín, órgano y orquesta, RV 774 y 775, de los que se tiene solo la parte del violín solista, que equivale a una sexta parte de toda la composición, pero al compararla con los conciertos completos RV 123, 284 y 285 –que comparten material en común– fue posible reconstruir científicamente los primeros movimientos.
Además, a través del estudio de fuentes históricas de archivo, el investigador e integrante de la Academia Mexicana de Ciencias, tuvo idea de cómo eran los órganos de los que Vivaldi disponía en los años de composición de RV 774 y 775, lo que aportó información para la reconstrucción de estas composiciones.
“De los dos conciertos (incompletos) para dos violines y orquesta RV 520 y 526 no tenemos la parte del primer solista: en este caso el estudio de las posibilidades de combinación de las líneas melódicas de dos violines solistas en los conciertos del Barroco, en general, y en los de Vivaldi, en particular, permitió la reconstrucción no arbitraria de la parte faltante. Ahora el público puede disfrutar de estas reconstrucciones, y de otras que he terminado a través de las grabaciones discográficas que realicé”, dijo Fabrizio Ammetto, uno de los ocho miembros del Comité Científico Internacional del Instituto Italiano “Antonio Vivaldi” de Venecia, encargado de la publicación, en edición crítica, de toda la obra del también llamado “Cura rojo”.
Música del Barroco
El repertorio barroco ofrece una amplia variedad de elementos interpretativos que se pueden profundizar gracias al conocimiento de la lectura de diferentes tratados musicales, manuscritos o impresos de los siglos XVII y XVIII, explicó el investigador, quien desde el 2008 ha impartido varios cursos de filología musical y análisis musical para los estudiantes de la Universidad de Guanajuato.
Así, como resultado del curso-taller interdisciplinario teórico-práctico sobre la interpretación de la música barroca, dirigido a instrumentistas, cantantes y compositores, se creó el Ensamble Barroco, primer grupo musical de la Universidad de Guanajuato que ha participado en cinco versiones consecutivas del Festival Internacional Cervantino, del 2011 al 2015, y ha sido seleccionado para participar en el 2016.
El doctor Ammetto es autor de más cien publicaciones y ha interpretado más de 700 conciertos (como violinista, violista y director de orquesta) en Alemania, Francia, Holanda, Hungría, Italia, República Checa, Estados Unidos y México. En la actualidad, trabaja en distintos proyectos que no solo están relacionados con la música barroca, entre ellos la edición crítica de las doce Sonatas en trío opus I (1703) de Vivaldi, así como la de las seis Sonatas del opus V (1716) del mismo autor para la Edizione critica delle opere di Antonio Vivaldi (Milán, Ricordi).
En los próximos meses será publicada la edición práctica de los seis Sextetos para dos violines, dos violas y dos chelos G 454-459 (1776) de Luigi Boccherini, en el marco de la Edición Nacional Italiana de los Opera Omnia de este compositor, mientras que en el 2017 saldrá la edición crítica de la misma colección.