Nesyerling Valera- Prensa SRCOJIF
Este Jueves 28 de abril, la Orquesta Sinfónica de Falcón realizará un concierto en el Teatro Armonía de Coro a las 6:00 de la tarde, donde presentarán la Obertura “Rosamunda” de Franz Schubert y la Sinfonía No. 29 en La Mayor de Mozart, dedicado a la memoria de su apreciado compañero de trabajo y amigo Francisco Javier Ortuñez Acosta, bajo la dirección musical del Maestro Rubén Capriles.
Sobre el Programa
El repertorio inicia con la Obertura “Rosamunda”, del compositor austriaco Franz Peter Schubert, considerado el introductor del romanticismo musical. Escrita en 1823, toda la música de esta Obertura proyecta una gracia expresiva y una pureza melódica, con una orquestación plena de colores. Con su encantadora riqueza melódica y su genial sencillez constructiva, esta obra constituye un canto desbordante de ternura y de ensoñadora poesía.
Asimismo la Orquesta Sinfónica de Falcón interpretará la Sinfonía No. 29 en La Mayor escrita por Wolfgang Amadeus Mozart, la compuso en Salzburgo y completada el 6 de abril de 1774. Es una sinfonía llena de vida y gozo, orquestada para dos violines, viola, bajo, dos oboes y dos trompas. Se trata, junto con la Sinfonía Nº 25, una de las más conocidas de sus sinfonías tempranas.
Consta de cuatro movimientos dispuestos según el esquema clásico: Allegro moderato, nos vemos envueltos inmediatamente por la ondulación misteriosa de ese tema de ritmo tan sutil, con sus caídas de octavas, que atraviesa, en un contrapunto de sencillez maravillosa, la línea cantante de los oboes y de las trompas; ¡un auténtico encantamiento! Ese tema lo recuperan en la octava superior todos los instrumentos, luego en canon entre las cuerdas altas y las bajas. Tras la vuelta, un tercer tema esboza, un delicioso paso de danza, en el que aflora toda la poesía del terruño; Andante, Menuetto: Allegretto – Trio, ese encantamiento persiste, engendrado por la continua giratoria de que ya hemos hablado, y que impide observar la entrada de melodías nuevas. Al final, vuelve la apoteosis del tema principal, que no se debe a una tensión lineal progresiva, sino a una zambullida en el centro: el tema sonando en las trompas da la impresión de estallar en una gloria de trompeta. En el Menuetto, alternancias de coquetería y de violencia se prolongan en el trío, a la vez caprichoso y acariciador; Allegro con spirito, es uno de los más hermosos de la obra sinfónica mozartiana.