Escrito por Fátima Fernández | Músicos de Alto Rendimiento
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Uno de los principios de la ergonomía musical es la economía del esfuerzo, este aspecto forma parte de la complejidad en la ejecución de los instrumentos, lograr tocar con un mínimo de tensión, con precisión, y un uso adecuado del cuerpo es un adicional a la técnica no solo porque debe considerarse como parte de la preparación física sino que además puede representar cambios en la rutina de práctica.
La economía del movimiento desde el punto de vista deportivo sugiere que el esfuerzo se realice con la energía necesaria al momento de desempeñar una tarea específica, este concepto se ajusta completamente a la actividad musical, el consumo energético durante la misma responde a la cantidad de movimientos ejecutados, la postura, y otros factores como la adrenalina que se presenta en conciertos, audiciones, exámenes etc.
En la música es muy común que maestros y profesores pidan a sus estudiantes relajarse durante la práctica sin embargo en ocasiones no saben cómo hacer para que logren equilibrar su tensión. Esto se debe a que la economía del esfuerzo al igual que la relajación dependen especialmente del autoconocimiento corporal, lo que además de ser individual debe ser estimulado, es decir, entrenar el esquema del cuerpo en relación con el instrumento.
Mientras menor es el gasto energético mayor será la eficiencia en el movimiento, para los músicos esto es esencial, gracias a la alta demanda de precisión inmersa en la ejecución del instrumento lo que incide directamente en el sonido.
Cuando se realizan movimientos innecesarios, el esfuerzo es superior y se corre el riesgo de perder la eficacia en la musculatura y por ende en el gesto requerido por el instrumento, esto también implica la contracción de músculos no involucrados en los movimientos que deben realizarse limitando la precisión y coordinación afectando el rendimiento. Uno de los beneficios más importantes del ahorro energético es la disminución de la fatiga muscular y las dolencias generadas posterior a la práctica, en especial cuando se realiza durante muchas horas: generalmente en momentos de trabajo fuerte es cuando un músico está más propenso a una lesión por 3 razones específicas. La primera es que no existe la preparación física para que el cuerpo asuma el esfuerzo, la segunda tiene que ver con los matices y detalles en la música pues muchas veces el logro de ellos implican una tensión corporal diferente que debe ser manejada adecuadamente, la tercera está asociada a los vicios y movimientos adicionales a los requeridos por la técnica.
Esto indica que así como los deportistas, los músicos deben entrenar para perfeccionarse y en esto se incluye el aprendizaje del movimiento ergonómico y económico. Para iniciar una preparación adecuada en cuanto a este ámbito es necesario concientizar cada uno de los puntos de apoyo del cuerpo con el instrumento y equilibrar el peso, la postura, así como la fuerza necesaria para tocar. También es importante considerar previamente que movimientos deben realizarse para la ejecución, realizarlos muy lentamente sobre el instrumento sin emitir el sonido, es importante estar muy presentes ante la realización de cada movimiento, por otro lado estudiar frente a un espejo tomando en cuenta los pasos anteriores también beneficiara el control y el ahorro de energía durante la práctica.
Los movimientos excesivos o innecesarios son otro factor indispensable para lograr que la ejecución del instrumento sea más efectiva, por ejemplo cuando un violinista (que de por si su postura es compleja) estira demasiado su espalda hacia atrás, el brazo queda en extensión y por ende sus dedos realizan una flexión forzada pues al músico irse hacia atrás los dedos automáticamente buscan la extensión (movimiento que separaría los dedos de las cuerdas) lo que generaría un mayor esfuerzo de la mano por lograr la precisión. No se trata de tocar inmóviles sino siendo conscientes de las posibilidades corporales y al mismo tiempo de las necesidades musicales, lo que influye en la asertividad del movimiento, la efectividad y el rendimiento refiriéndose también al tiempo de práctica sin fatiga muscular.
Muchas de las lesiones en los músicos así como las dolencias en la espalda, hombros, y brazos, se deben a este aspecto que no solo puede corregirse y entrenarse, sino que es necesario para prevenir y mejorar su calidad muscular.
Algunos ejercicios que pueden ayudar a lograr un esfuerzo adecuado están basados en la relajación y la respiración, justo antes de tocar es importante equilibrar el peso en ambos lados del cuerpo, la columna bien posicionada, ambos pies apoyados en el suelo y respirar llevando la espalda hacia atrás incluyendo la cabeza, estirando ambos brazos tomando el espaldar de la silla, soltar el aire y respirar nuevamente volviendo a la posición inicial.
Otro ejercicio que puede promover la conciencia corporal y llevar a la práctica las sensaciones de la postura adecuada y de los movimientos realizados con un mínimo de tensión es colocarse boca arriba con las rodillas en flexión apoyadas sobre un mat o colchoneta y respirar conscientemente, sintiendo como entra y sale el aire, seguidamente con un rollo realizado con una toalla situarlo justo en la curvatura cervical centrarse nuevamente en la respiración y así con cada una de las zonas de la espalda.
El control y el conocimiento corporal son la estructura de tocar un instrumento libre de tensiones, estos ejercicios pueden beneficiar la calidad muscular de la práctica en especial dándole al ejecutante la posibilidad de aumentar su rendimiento, economizando el esfuerzo y logrando uno de los más grandes desafíos en la música que es relajarse para tocar.
Fátima Fernández
Terapeuta ocupacional especializada en músicos
“Entrenando Músicos de Alto Rendimiento”musicosdealtorendimiento@gmail.com
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