Vía: Terra.com.mx | “En la casa siempre había música y era algo muy natural para mi hermano y para mí”, recuerda la directora de orquesta, Alondra de la Parra cuando se le cuestiona cómo surge su pasión hacia la música.
2010 fue un gran año para Alondra de la Parra pues fue una pieza clave en los festejos del Bicentenario de la Independencia de México, además de ser nombrada embajadora turística de la Ciudad de México. En contraste también afrontaba la desintegración de la Orquesta Filarmónica de las Américas y se divorció. Pese a las adversidades, jamás ha pensado en dejar la música:
“Hay momentos en que digo ‘¿por qué escogí esto que es tan duro, tan difícil?’ pero siempre un momento después, cuando estoy frente a la orquesta, regreso al principio: hago esto porque lo amo, porque adoro la música”.En entrevista para Terra, la directora artística de la Orquesta Filarmónica de Jalisco confiesa que el camino no ha sido sencillo y hay ocasiones en que ha sufrido discriminación.
“Ha habido momento de toparme con tremenda terquedad e ignorancia que realmente a uno le apabulla pero siempre han sido pequeños obstáculos, nada grande. Yo voy en dónde sí puedo trabajar con lo que sí puedo construir donde sí puedo aprender”.
El camino para cumplir el sueño de Alondra de la Parra no fue sencillo. Su familia la apoyó sin reservas desde un inicio, pero a lo largo de su carrera descubriría que tendría que afrontar duros momentos:
“Es una carrera muy dura porque al final de cuentas el director va y dirige orquestar como huésped pero no formas parte del grupo. Ser el líder no es ser parte del grupo, eres colega y sí tienes que trabajar en equipo pero es un lugar solo”.