Prensa FundaMusical Bolívar comparte con todos los lectores historias que definen la vida de los músicos que integran la Orquesta Sinfónica Juvenil de Caracas y que actualmente se encuentran en una de las Giras Internacionales mas ambiciosas
Edgar López
“No quiero perder ni uno de los sonidos que generan los aplausos del público”
A Edgar López le cuesta escuchar las indicaciones que le da el director de la orquesta. Con gran esfuerzo logra captar las notas que interpretan los contrabajos; a veces ni siquiera a la fila de violines. No puede escuchar los registros graves, ni los sonidos lejanos. Sin embargo, este chico, de 29 años de edad, toca el trombón desde los 12. Aprendió con su profesor, René Cartaya, a escuchar la música de una forma diferente, a través de las vibraciones. Entró al núcleo de La Rinconada a los 12 años. Ahí estudió hasta los 13, cuando le operaron el oído izquierdo. No pudo tocar el trombón por cuatro años. Era frustrante para él ver el instrumento en su habitación y no poder ejecutarlo. A los 17 años, ya dado de alta por sus médicos, volvió al núcleo.
No había olvidado cómo tocar el trombón. Pero debía entrenar otra vez los músculos de la boca. Con esfuerzo y dedicación, consiguió ingresar a la fila de trombones de la Sinfónica Juvenil de Caracas. Y aunque a veces no escuche las indicaciones que le da el director -sus compañeros son quienes “le soplan” las palabras-, confiesa que cuando termina un concierto cierra los ojos y se concentra: “no quiero perder ni uno de los sonidos que generan los aplausos del público”.
Desireé Baloa
“El músico debe ser integral”
Desireé Baloa tiene 23 años de edad y 11 tocando fagot. Además, obtuvo la Licenciatura en Comunicación Social mientras cursaba estudios de ejecución instrumental en el Conservatorio de Música Simón Bolívar y cumplía con sus jornadas de ensayo como integrante de la Sinfónica Juvenil de Caracas. Esta joven admite que no fue un trabajo fácil, pero que la orquesta le ha permitido, a través de la disciplina y la constancia, aprender a administrar su tiempo. Fue su vocación de servicio y la iniciativa de ayudar a otros lo que la llevó a estudiar la carrera de comunicación, pero también su sed de aprender: si de algo no tiene duda Desireé es de que “el músico debe ser integral”. Para ella, si el artista no conoce de historia o de cultura general, entonces no es un artista completo. Desde muy niña supo lo que era la palabra diversidad, gracias a la música. Cuando ingresó al Núcleo San Agustín, a los 12 años de edad, le llamó la atención la variedad de niños del centro de formación: venían de distintos lugares y condiciones económicas. Allí se unían sin diferencia. En un futuro, Desireé desea extrapolar lo que ha aprendido en la orquesta a sus otras áreas de desarrollo profesional. “Quiero crear campañas educativas en base a la búsqueda de la excelencia que el maestro José Antonio Abreu ha inspirado”, dice.
Jesús Parra
“El Sistema es una escuela de socio-identidad”
En agosto de 2013, Jesús Parra subió al escenario del Festival de Salzburgo para compartir el podio junto al director titular de la Filarmónica de Berlín, Sir Simon Rattle. El venezolano y el inglés conducirían a la orquesta más joven que se ha presentado en este importante evento musical europeo: la Sinfónica Nacional Infantil de Venezuela. Todos recibieron una ovación sin igual por parte del público austríaco. Parra fue parte de la hazaña y tan solo tenía 18 años de edad, seis como violista y dos como director en formación. Este muchacho se crió cerca de un barrio peligroso en Aragua. Algunos de sus amigos formaban parte de las bandas delincuentes del vecindario. La tentación merodeaba. “Yo era muy rebelde”, dice. Desde pequeño, sin embargo, sentía un gusto por la música. A la edad de 12 años, ingresó al núcleo de la Victoria. Intentó que varios de sus amigos lo acompañaran. A muchos logró encaminar, pero a otros no. “Algunos de ellos ya no viven”, acota con tristeza. Fue allí, en el núcleo, donde se enamoró de la dirección. Comenzó formando parte del coro y, a través de sus profesores, aprendió el principio de la filosofía de la dirección: el contacto humano. Parra admiraba al director de la Sinfónica Juvenil de Caracas, Dietrich Paredes. Sin miedo se acercó y le comentó que él quería ingresar a su orquesta. La oportunidad le fue concedida. “El Sistema no es una fábrica de músicos: es una escuela de socio-identidad donde aprendemos los valores de la solidaridad y el compañerismo. Nos forman como líderes. El Sistema realmente me integró a la sociedad como persona y profesional”.
Pedro Escudero
De la guardia en el hospital al ensayo
Pedro Escudero no solo es músico, también es médico cirujano. Tiene dos posgrados, una especialización y trabaja como gineco-obstetra en la Unidad de Cuidados Internos de Medicina Materno Fetal de la Maternidad Concepción Palacios, en la Avenida San Martín de Caracas. Para él es normal llegar corriendo de una guardia de 24 horas continuas a un ensayo de la Sinfónica Juvenil de Caracas o salir de un concierto directo a atender un parto. Se encarga específicamente de ayudar en diversas patologías que desarrollan la madre embarazada y el bebé antes de nacer. Para coordinar sus horarios tuvo que ser más disciplinado y ordenado. Aunque en algún momento le asomaron la idea de que debía escoger una sola carrera, él sabía que podía llevar las dos. Simplemente lo intentó. Fue duro al principio, pero logró congeniar ambas pasiones. Apenas le entregaron su oboe en el Núcleo Montalbán, se enamoró del instrumento. Tenía 14 años y ya la música comenzaba a conquistar su corazón. Ahora también lo hacen los bebés.
William Enrique y William Jesús Hernández
Músicos por partida doble
Aunque son gemelos, sus compañeros de El Sistema los conocen como “los morochos”. El núcleo de La Rinconada los recibió cuando tenían tres años de edad. Allí se convirtieron en los los primeros niños que integraron la Orquesta de Papel. De pequeños tenían dos sueños: vestirse de frac para presentarse en un concierto y viajar por el mundo siendo parte de una gran orquesta. Eran expertos en confundir a sus profesores. Nunca se habían separado hasta que, en 2013, Wiliam Enrique entra al Conservatorio de Música Simón Bolívar de Caracas como violista, y su hermano, Wiliam Jesús, permanece en el núcleo para profundizar sus conocimientos con el fagot, instrumentos que eligió luego de ocho años de estudios de violín. Luego de mucho esfuerzo y preparación, ambos consiguen ser los principales de sus instrumentos en las filas de la Orquesta Sinfónica Juvenil del Conservatorio Simón Bolívar. De esta manera, sus sueños comienzan a cristalizarse. Ya utilizan frac para sus conciertos, y, además, van a recorrer el mundo juntos como músicos invitados a la Gira Europa 2014 de la Sinfónica Juvenil de Caracas.
Johana Muñoz
“Llegó el momento de retribuir todo lo que he aprendido en El Sistema”
A Johana Muñoz le cuesta pronunciar la oración: “Ya voy de salida”. Al decirla, sus ojos se inundan. La gira Europa 2014 de la Sinfónica Juvenil de Caracas será su último episodio junto a esos mismos amigos que comparten atril con ella desde que formaron la Infantil de Caracas. No niega que toda su vida sea el violín, instrumento que ejecuta desde que comenzó a los 4 años de edad en el Núcleo San Agustín. Sin embargo, el rumbo de su vida cambiará tras finalizar el tour internacional de la SJC, el próximo 18 de noviembre de 2014. Johana dejará de asistir a los ensayos, talleres, seccionales y conciertos, para encabezar la creación del Núcleo del Seniat, ubicado en Plaza Venezuela. Sí, le costó tomar esta decisión, pero esta violinista apasionada se dio cuenta de que la formación y el desarrollo de otros niños también le robaban el corazón. Comenzó guiando a sus propios compañeros de atril. Luego, pasó a dar clases en los núcleos de San Agustín y de Sarría. Y, cuando se dio cuenta, estaba contribuyendo a la creación del Núcleo del 23 de Enero y del Núcleo Nuestra Señora de Fátima. Así dejó de estudiar Ingeniería y Comunicación Social, para especializarse en Ciencias Pedagógicas. Para Johana Muñoz llegó el momento de retribuir todo lo que ha aprendido dentro de El Sistema.