Por Patricia Aloy @PatriciaAloy | ESPECIAL PARA VENEZUELA SINFÓNICA
Fotografía Nohely Oliveros | FundaMusical Bolívar
El sexto concierto de la Gira Europa de la Orquesta Sinfónica Juvenil de Caracas, se llevó a cabo el Viernes 14 de noviembre en el Teatro Musikverein de Viena en una de las tres salas más importantes del mundo, la Große Saal o Goldener Saal.
1744 asientos y cerca de 200 personas de pie presenciaron la reacción inusual del público vienés ante una orquesta juvenil. Un concierto que finaliza no sólo con una larguísima ovación sino con el aplauso simultáneo de los asistentes.
La Wiener Musikverein de Viena, Austria, es desde hace 144 años una de las mejores acústicas del mundo y fué la casa de genios como Antón Rubisten, Johannes Brahms y Herbert Von Karajan. Albergó, desde su apertura hasta 1909 la Academia de Música de la Gesellschaft der Musikfreunde, en la que estudiaron, entre otros, Gustav Mahler, Alexander von Zemlinsky, Leoš Janáček o Hugo Wolf, y de la que Anton Bruckner fue profesor de Armonía, Contrapunto y órgano.
Cada año en la mañana del 1 de enero en la Sala Grande o Sala Dorada (Große Saal o Goldener Saal) tiene lugar el concierto de año nuevo en el que la Orquesta Filarmónica de Viena ejecuta piezas de la familia Strauss (Johann Strauss (padre), Johann Strauss (hijo), Josef Strauss y Eduard Strauss). El concierto ha sido dirigido entre otros por figuras como Herbert von Karajan, Claudio Abbado, Zubin Mehta, Riccardo Muti, y recientemente por Daniel Barenboim.
Los jóvenes empiezan a salir al escenario para ocupar sus lugares en los atriles, las expectativas crecían ante un público con tanta historia en la música académica, aunque sería la segunda vez que se presentan en Austria. La orquesta colmada de juventud había tenido tiempo de madurar musicalmente.
El repertorio a interpretar, el poema sinfónico “Sensemayá” del mexicano Silvestre Revueltas, La Suite Sinfónica “Mediodía día en el llano” del venezolano Antonio Estévez creada en 1954 y precisamente en la que el maestro se estrena como director aún siendo estudiante de sexto año de composición del Maestro Sojo, Santa Cruz de Pacairigua del también venezolano Evencio Castellanos y para cerrar una obra que es fundamental para la música porque rompió un esquema de tradición en la escritura musical, La Consagración de la Primavera de Igor Stravinsky.
Conversamos con el Maestro Dietrich Paredes y nos comenta que se encuentra muy contento y enfocado en los conciertos, “La orquesta y yo tenemos una meta que es conquistar cada escenario y ponerle el máximo de empeño, corazón y alma, ya que hemos trabajado muy duro”. Al preguntarle cómo observa a los muchachos que integran las filas, simplemente responde: “Felices, yo puedo percibir la alegría que brota de sus cuerpos. Agradezco al Maestro Abreu todo el esfuerzo que ha hecho por nosotros, por la Teresa Carreño, por la Bolívar y por las orquestas que vienen”.
Para el Maestro la esencia de la Juvenil de Caracas aparte de todo su esfuerzo, su entusiasmo y su determinación es la calidad sonora que tienen en el momento del concierto. “La orquesta está en su máximo potencial”.
El concierto inicia y las notas de compositores latinos inundan y se apoderan de la sala, unidos de la precisión de los movimientos por parte del director, podríamos decir movimientos quirúrgicos acompañados de ese pensar objetivo perfectamente combinado con el sentir.
Luego de un intermedio, la orquesta interpretó su pieza final: La Consagración de la Primavera obteniendo largos aplausos, incluyendo de personalidades presentes en la sala, entre ellos Gerald Wirth, director de los Niños Cantores de Viena, pero la fascinación la pudimos presenciar cuando el Director apunta hacia el palco donde se encontraba el Maestro Abreu y es entonces cuando la ovación gira hacia él y le rinde tributo con el aplauso simultáneo.
La Orquesta complace con un bis, interpretando la pieza de Camille Saint Säens “Bacanal de Sansón y Dalila”. La audiencia ha quedado completamente satisfecha y retorna a sus vidas.
Dietrich aumentará sus compromisos para conducir otras orquestas internacionalmente en el 2015. En enero posiblemente viaje a Noruega por 5ta vez, “El Sistema” Portugal le ha extendido una invitación y atenderá otros compromisos en Houston, Australia, Irlanda e Italia.
Acerca de la controversia del artículo publicado en The Guardian por Geoff Baker
Dietrich comenta acerca de las aseveraciones que realiza el Dr. Geoff Baker
“Hay personas que pueden hablar bien o mal, yo creo que esa es la naturaleza del éxito de algo. Este es un sistema que está aportando mucho a una cantidad de niños inmensa. No me preocupa, que una persona opine diferente a lo que siente todo un Sistema de Orquestas.
Lo que nos ha brindado El Sistema a muchos, es algo único. Como su nombre lo dice, es la evolución sistemática en función al progreso y en función al deseo y desarrollo.
Yo vengo de una clase baja. Recuerdo como si fuera ayer: cuando iba a mi colegio en Boleíta Norte (un colegio público), de ahí bajaba a la casa para agarrar mi instrumento y teníamos que atravesar toda la ciudad de Caracas en autobús, para retornar a las 9 de la noche.
Recuerdo claramente la primera vez que me dieron una beca en un colegio, que fue en el YMCA de San Bernardino y bajaba caminando con mi hermano y mi papá, con el violín en la mano. Caminando…porque no teníamos plata para agarrar un Metrobús o un Metro desde San Bernardino, hasta el núcleo de San Agustín del Sur, que en ese entonces quedaba en las Residencias Jardín Botánico, al lado de una de las zonas más humildes que es conocida como La Charneca. En ese núcleo estaban los más grandes maestros.
El Maestro Abreu, ha sido un pilar fundamental para mí espíritu, mi corazón, es un ser que verdaderamente admiro y amo infinitamente porque ha sido la persona que le a abierto caminos y puertas, no solamente a mí, sino a miles de niños en nuestro país. Él con su enfoque, con su determinación para hacer el bien, siempre logra una respuesta positiva, siempre logra algo que admirar que es nuestro “Sistema”
La constancia es mi fortaleza dentro del abanico de la escuela orquestal en Venezuela. La constancia, la determinación y hacer bien las cosas es fundamental.
Por último Dietrich dedicó el concierto de Viena a Dios y al Maestro Abreu.
Nos vemos en Götemburgo!