Si te dedicas o quieres dedicarte a esto de la música, no te pierdas ninguno de los consejos que Robert Schumann da a los jóvenes músicos para que desarrollen su carrera profesional con rigurosidad y valor por la esencia musical.
30 consejos para jóvenes músicos de Robert Schumann
- La educación del oído es de máxima importancia; es conveniente, pues, que en seguida te ocupes de ella, esforzándote en reconocer cualquier sonido que escuches y la tonalidad de cada trozo de música. Procura también saber que sonidos producen las campanas, el cuclillo, etc. (Nota: con esto último Schumann se refería a los instrumentos percutidos no temperados).
- Tocar con atención las escalas y los ejercicios mecánicos es una cosa óptima; pero no imites a esos pianistas que, creyendo que con esto se alcanza el máximo resultado, dedican siempre, hasta la más avanzada edad, varias horas diarias a los ejercicios mecánicos de los dedos. Eso equivale a repetir diariamente, con creciente rapidez, las letras del abecedario. Es necesario emplear mejor el tiempo (Nota: este consejo se aplica a todos los instrumentos no solo el piano).
- Se han construido los llamados teclados mudos; pero después de breve uso te convencerás de su inutilidad: ¿cómo pueden los mudos enseñar a hablar?
- ¡Lleva bien el compás! La ejecución de algunos concertistas se parece al andar de un borracho; guárdate de tomar a ellos por modelo.
- Profundiza temprano en las leyes fundamentales de la armonía.
- No te asustes de los nombres: Teoría, Armonía, contrapunto, etc; con un poco de buena voluntad, pronto te serán familiares.
- ¡No toques negligentemente! Ejecuta cada trozo siempre con mucha atención, sin omitir nada.
- Tocar muy deprisa es un defecto tan grande, como tocar muy despacio.
- Procura ejecutar lo mejor posible obras fáciles, obtendrás así más beneficios que ejecutando mediocremente composiciones difíciles.
- Ten siempre tu instrumento perfectamente afinado.
- No basta con ejecutar con los dedos la música; hay que saber también cantarla, en voz baja, sin recurrir al instrumento.
- Ejercita tu memoria para poder retener no solo la melodía de una composición, sino también su armonía.
- Aunque tengas poca voz, acostúmbrate a cantar, sin la ayuda de instrumento alguno; así perfeccionarás siempre más el oído. Pero si tienes la suerte de poseer una hermosa voz, no vaciles en educarla: ¡considérala como uno de los más preciados dones que te haya concedido Dios!
- Procura llegar a comprender la música escrita, sin ejecutarla: con solo leerla.
- Cuando toques, no te preocupes de quiénes te escuchan; pero sí, ejecuta siempre como si te escuchara un maestro.
- La primera cualidad de la interpretación es la precisión, o sea, la exacta observación del texto, que pone de relieve la más recóndita intención del autor.
- Si te dan para tocar un trozo que no conoces, léelo antes de ejecutarlo.
- Si después de la técnica diaria estás cansado/a, no continúes tocando: es mejor descansar que trabajar sin placer y sin energía.
- No ejecutes las composiciones que están de moda. El tiempo es precioso, y sería necesario vivir cien veces más de los que se vive para llegar a conocer sólo la buena música existente.
- Nutriendo a los niños con golosinas no se forman hombres sanos. La nutrición del espiritu, como la del cuerpo, debe ser sencilla y substanciosa. Los grandes maestros te han provisto abundantemente: aliméntate de sus obras.
- Aquella música cuyo fin es poner en evidencia dificultades técnicas en la ejecución, pronto pasa de moda: las dificultades técnicas tienen valor sólo cuando persiguen fines más elevados, o sea, cuando logran una perfecta ejecución de la música de verdadero merito.
- No divulgues las malas composiciones, antes trata con todas tus fuerzas de impedir su difusión.
- No toques música mala y, salvo que las circunstancias te obliguen, tampoco la escuches.
- No creas que la verdadera maestría consiste solo en la agilidad. En la ejecución de un buen trozo procura más bien producir la impresión que tenía en la mente el compositor y nada más. Cualquier otra cosa sería caricatura.
- No olvides que es cosa detestable y monstruosa hacer cambios y mutilaciones en la música de los grandes compositores, como también agregar adornos de uso exclusivamente moderno. Es la máxima injuria que se puede hacer al arte.
- Al seleccionar la música que debes estudiar, consulta siempre a personas con más experiencia que tú; ahorras tiempo.
- Procura conocer paulatinamente las obras maestras de los grandes compositores.
- No te dejes engañar por los aplausos que obtienen muy a menudo los llamados virtuosos. Que la aprobación de los competentes sea para ti de mayor valor que la del público.
- La música que está de moda tiene poca vida; si persistes en cultivarla, serás considerado un necio.
- Tocar mucho en reuniones sociales es más doloroso que útil. Adáptate al gusto y a la inteligencia del auditorio; pero sin ejecutar ninguna música de la cual, íntimamente, puedas avergonzarte.