Vía: www.el-carabobeno.com/ Gabriela Espinoza F.
El papel más pequeño de la ópera es igual de importante para el barítono venezolano Abelardo Cárdenas. Porque hasta para estos roles se debe audicionar.
Aunque era solo un compás en el que expresaba: “Camarero de la casa de Flora”, en su interpretación en la obra La Traviata, que se mantuvo desde el 20 de abril hasta el 8 de mayo en el Teatro Real de Madrid, España, considera que en el mundo de la ópera no hay rol sencillo ni en ninguna disciplina artística, porque para poder hacer esto la persona debe tener una amplia preparación como músico y actor.
Para él la única verdad en el mundo es la formación porque una persona que no se prepare es un “títere”. Por ello afirma que un artista con criterio debe estudiar todos los días. “Mientras se personifica el amor o el dolor se debe estar pendiente del rigor de la música y nunca divorciarse de ella”, sostuvo Abelardo Cárdenas durante entrevista realizada vía telefónica.
Desde pequeño sentía la necesidad de expresarse, por lo que estudió varias disciplinas. Esto lo llevó a elegir el camino de la ópera por su impulso a manifestar lo que sentía. Para esto siempre tuvo presente el amor, que califica como su motor principal.
Su profesionalismo inició en Venezuela con el maestro Williams Alvarado. Luego participó en la Camerata Barroca de Caracas, dirigida por Isabel Palacios. Esto lo incentivó a prepararse y viajar a Madrid en 1999, donde decidió residenciarse, debido a la alta producción de óperas que se registraban en aquella época. Gracias a esta abonanza Abelardo Cárdenas logró costearse sus estudios.
Desde que comenzó su vida musical se destacó como solista en diversas producciones. En el 2004 viajó hasta Venezuela para interpretar el papel que le aportaría más a su carrera: el doctor Dulcamara, encargado de vender la poción mágica del amor en la obra “L’elisir d’amore” – El Elixir de Amor- de Gaetano Donizetti (1797-1848).
Con este personaje conquistó el Teatro Teresa Carreño, bajo la primera dirección musical en ópera de Gustavo Dudamel, con la puesta en escena de William Alvarado, la participación de la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar, el Coro de Ópera del Teatro y el Ballet Teresa Carreño. Esta interpretación la compartió con los tenores Aquiles Machado e Idwer Álvarez.
Abelardo Cárdenas destacó como su reconocimiento más importante su participación en el Concierto Extraordinario de Jóvenes Cantantes del 50 aniversario de Amigos de la Ópera de Madrid, en el 2013.
A pesar de la crisis que se apoderó posteriormente de Europa, este artista logró audicionar para el Coro Titular del Teatro Real de Madrid -Coro Intermezzo- y conformar parte de su elenco artístico por cuatro años, en los cuales ha interpretado tres papeles secundarios.
Hoy en día participa en la obra “Fidelio”, la cual define como un canto a la valentía por los riesgos que debe tomar la protagonista para liberar a su amado. Al referirse a venezolanos que aspiran especializarse en esta rama los instó a tener la frente en alto, para destacar a su país y demostrar que todos son profesionales en cualquier sector que se desempeñen.
La vida del cantante depende de las producciones. Por ello Abelardo Cárdenas estudia constantemente para mantener preparada su voz. También practica Yoga por considerar que lo ayuda con la respiración, además de hacer ejercicios que le permiten concentrarse durante una interpretación.