Vía: El Impulso.com | Escrito por Alba Arráez
Instrumentación, melodía y armonía fueron los elementos que se unieron anoche en la clausura del Festival Internacional de Jazz Barquisimeto 2012, que celebró con notas musicales su séptima edición.
En la tarima principal del Centro Comercial Sambil se congregaron los melómanos para disfrutar el encuentro musical de cierre que comenzó puntual, a las cinco de la tarde.
En el programa del festival estaba previsto presentar sólo a Aquiles Báez Trío y sus invitados, pero no hubo forma de no dejarse cautivar por los pequeños de Pandijazz, que ya se habían presentado el miércoles en el Metrópolis, y fueron recibidos una vez más para alegrar al público.Esta agrupación, conformada por 14 pequeños virtuosos y dirigida por Norbelis Lameda, ejecutó cuatro temas, con la pequena Astrid Camacaro luciéndose como solista.
Efervescencia e incontables aplausos resultaron de la presentación de estos ejecutantes que tienen entre seis y doce años de edad y que tomaron su lugar en el escenario con la actitud de grandes artistas.
Propuestas innovadoras
El ejecutante de cuerdas latinoamericanas, Aquiles Báez, llegó al escenario con la humildad que le caracteriza. Acompañado de Adolfo Herrera, en la batería, y Roberto Koch, en el bajo; este afamado guitarrista, arreglista y compositor inició un repetorio de temas propios como A mis hermanos y Paraguaipoa.
Báez no tardó en llamar a sus invitados especiales y la primera fue la cantante Ana Isabel Domínguez, quien dejó su voz en el tema Mi pequeña, que le escribió el guitarrista a su hija.
De Brasil, llegó Pedro Ramos con su instrumento de cuerdas para tocar temas como Noches cariocas, con el sabor característico de la música de su país.
La venezolana radicada en Alemania, Yma América, también asistió al encuentro para presentar sus canciones Pregonera y La gaviota, seguida de la participación del colombiano Antonio Arnedo, el músico más influyente de la escena jazzística del hermano país, quien se fundió en un fraternal abrazo con Aquiles Báez, luego de tocar la pieza Clarinete solo.
Marcial Istúriz se sentó en el piano para alegrar a los presentes con su música y felicitar -por adelantado- a la ciudad de Barquisimeto que el viernes cumplirá 460 años de fundada.