El director y pianista dirigirá el sábado “Los maestros cantores de Núremberg”, de Richard Wagner, en recuerdo de los 25 años de la reunificación alemana que se cumplen ese día.
Berlín.- El director argentino israelí Daniel Barenboim cree que la Alemania occidental fue “un poco triunfalista” tras la caída del Muro de Berlín en 1989 y la reunificación del país un año más tarde.
“No pretendo hacer una gran declaración política, pero durante mucho tiempo se fingió que el capitalismo es un sistema perfecto”, dijo el director de la Orquesta Estatal de Berlín (Staatsoper) en una entrevista con la agencia Dpa.
El director y pianista dirigirá el sábado “Los maestros cantores de Núremberg”, de Richard Wagner, en recuerdo de los 25 años de la reunificación alemana que se cumplen ese día.
-Lleva 23 años al frente de la Ópera Estatal de Berlín, que estaba en la República Democrática Alemana (RDA). ¿Fue difícil la supervivencia de la casa en 1990?
-Los berlineses estaban mal acostumbrados. En el Oeste se pagaban menos impuestos y se disfrutaba de diversas ventajas. En el Este, la RDA consideraba que su mitad de Berlín debía ser un escaparate ante el Oeste. La orquesta de la Staatsoper era la mejor pagada del país. Con la reunificación, cayó al puesto 23. Ha sido una remontada dura. Pero seguimos vivos.
-Con la reunificación se abrió un nuevo capítulo…
-Sí, pero también hay un aspecto cuya importancia no quiero exagerar, pero que me parece relevante: el Oeste fue demasiado triunfalista con el Este. No pretendo hacer una gran declaración política, pero durante mucho tiempo se fingió que el capitalismo es un sistema perfecto. La caída del Muro fue un gran momento de la historia, por supuesto. Significó la libertad para millones de personas. Pero el final de la Guerra Fría no ha solucionado todos los problemas. El equilibrio entre las superpotencias dio cierta estabilidad al mundo. Tras el conflicto entre Este y Oeste se nos presentaron problemas que no habíamos tenido antes.
-¿Qué papel tiene Alemania hoy?
-Alemania tiene un papel de líder. No en lo militar, pero sí en lo político, en lo económico y en lo cultural. Es el único país que se ha enfrentado con esta profundidad a su propio pasado, a la época nazi y al Holocausto. Si no fuera así, yo, como judío, no podría vivir en Berlín. Pero Alemania no debe permanecer a la sombra de su propio pasado y renunciar a tener influencia. Por ejemplo, en el conflicto entre Israel y Palestina. Precisamente en esto, Alemania tiene una responsabilidad moral con los judíos. Su primera preocupación debería ser que alcancen un acuerdo con los palestinos. Aunque yo ahora no veo ninguna voluntad de paz en ninguna de las dos partes.
Daniel Barenboim (Buenos Aires, 1942): es uno de los músicos más prestigiosos del mundo. Su visión de la música como instrumento de paz se encarna sobre todo en la orquesta Diván Este-Oeste, que fundó junto al intelectual palestino Edward Said y que se compone de músicos israelíes y palestinos.