Diego Matheuz es uno de los principales directores de orquesta que ha dado Venezuela en toda su historia, su impresionante hoja de vida artística así lo demuestra y sobre todo, entre tantos conductores excepcionales que ha dado el país, él es quizá quien más ha buscado especializarse en dirigir óperas.
Por Roberto C. Palmitesta R. | Twitter e Instagram: @rpalmitesta | Fotografía Marco Caselli | ESPECIALPARA VENEZUELA SINFÓNICA
En su exitosa experiencia, el barquisimetano fue director invitado principal de la Orquesta Mozart y en 2011 fue nombrado Director Titular del Teatro La Fenice de Venecia. En agosto de 2013 fue comisionado como principal director invitado de la Orquesta Sinfónica de Melbourne durante tres años, siendo así uno de los venezolanos pioneros en abrir el campo sinfónico en Australia. Actualmente es director musical de la orquesta pionera de todo El Sistema: la Sinfónica Simón Bolívar de Venezuela o “Bolívar A”.
Recientemente continua triunfando en el difícil mundo de la Ópera, los días 13 y 18 de mayo dirigió con éxito El Barbero de Sevilla de Rossini nada menos que en el Staatsoper Schiller Theater de Berlín. Luego pudo conducir otra de sus óperas favoritas, La Traviata de Verdi y en el escenario que para él es casi su segundo hogar: el Teatro La Fenice de Venecia, contando con la orquesta y el coro de dicho teatro.
Con poco descanso (aunque Diego está acostumbrado) regresó a Berlín para tomar las riendas nuevamente de la obra más famosa de Rossini, también en el Staatsoper el pasado 20 de mayo, siendo nuevamente premiado con los aplausos de una audiencia exigente. Cerrará su gira con una última función el jueves 25 de mayo en la misma locación.
En el montaje de El Barbero de Sevilla, Matheuz contó con un elenco estelar de solistas conformado por José Fardhila, Tara Erraught, Grigory Shkarupa, Adriane Queriroz, Gyula Orendt, David Oštrek y Florain Eckhardt. Sus redes sociales oficiales dieron evidencia de la buena relación que estableció el larense con los cantantes.
Matheuz siempre hizo pública su afición por la ópera y por la cultura italiana. También ha tenido bastante actividad en el campo sinfónico, de hecho en varias oportunidades declaró a la prensa venezolana que “Me encantan las dos cosas, la ópera y lo sinfónico, son exigentes”.
En 2011, cuando comenzaba a abrirse campo en el bel canto, fue entrevistado por el diario El País de España y entre muchos tópicos le preguntaron: “…usted está llamado a ser un referente sinfónico en el mundo de la ópera”, a lo que él respondió con humildad: “Se están firmando ahora acuerdos con teatros de Italia para fomentar nuestra vocación en la ópera. Yo sé que a partir de ahora el mundo operístico va a cambiar en Venezuela. Pero es un camino que apenas comienza”. Es cierto, seis años han transcurrido de esas declaraciones y todavía quedo mucho por andar en ese campo, pero es indudable que Matheuz es uno de los venezolanos que más ha buscado ganar experiencia, y lo sigue demostrando con esta última gira.
Palabras sabias:
Noticias con el éxito que está teniendo actualmente Diego Matheuz en Europa dirigiendo dos de las óperas más famosas, son las que hacen falta en la convulsionada Venezuela. Nacido en Barquisimeto siempre estuvo claro en que la música es un vehículo para construir un país. Sabias y cada vez más vigentes fueron sus palabras dirigidas al diario El Universal en julio de 2016: “Yo creo que la música es comunicación. ¿Por qué la gente viene a los conciertos? Porque siente algo, recibe un mensaje de las orquestas, y por eso nosotros nos preparamos tanto, para poder comunicar a través de la música ese mensaje que yo creo que hoy tiene que ser de unión.”
Siguiendo el orden de ideas, en la misma entrevista citada de El País de España afirmó: “Yo veo la orquesta ni más ni menos que como una sociedad perfecta: los violines se complementan con los vientos y la percusión, van dándose relevos, todo debe encajar como un reloj suizo, se logra la comunicación absoluta, la comunión, el diálogo ideal que debería regir nuestras vidas. La música es una especie de perfección infinita en movimiento constante. Siempre puedes esperar algo nuevo de ella”.
Más sobre Diego Matheuz:
Como violinista fue integrante de la Sinfónica de la Juventud Venezolana Simón Bolívar, inclusive como solista en la Orquesta Sinfónica del Estado Miranda, la Sinfónica del Estado Lara y a los Jóvenes Arcos de Lara. Comenzó sus estudios de dirección en 2005 y como tutores tuvo nada menos que a dos grandes sabios: el maestro José Antonio Abreu y al maestro Claudio Abbado. Además de las orquestas nombradas en este artículo ha dirigido a la Sinfónica de Vancouver, la Orquesta Nacional de Lyon, la Filarmónica de Zúrich, la Filarmónica de la BBC, la Gurzenich-Orchester Kölner Philharmoniker y la Orchestre Chambre de Paris.