Al cierre del segundo concierto del XI Festival de Juventudes, la alegría rompió el protocolo en la Sala Simón Bolívar del Centro Nacional de Acción Social por la Música. Al son de la Orquesta Latinocaribeña del Núcleo 23 de enero, el público regaló sus aplausos a la orquesta pionera de El Sistema para celebrar su trayectoria
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Este año, Diego Matheuz llega al podio para estar frente a la agrupación pionera del Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela como director principal y dibujar con sus manos la música que sus integrantes tienen escrita en su atril. El joven venezolano, que fue escogido cuando tenía 26 años para estar en la cuna de la ópera, al frente de una orquesta italiana, en una ciudad italiana – sólo por mencionar alguna de las escenas de las que ha sido protagonista Diego Matheuz-, aseguró con orgullo que este nuevo rol es una continuación de su trabajo. “He trabajado muchísimo con la orquesta y, claro, ahora nuestros encuentros serán más continuos. Estableceremos un plan de trabajo para desarrollar y hacer crecer a la orquesta mucho más”.
El maestro está en casa luego de haber dirigido fuera del territorio venezolano, como director principal la Orquesta del Teatro La Fenice, en Venecia, y como principal director invitado de la Orquesta Sinfónica de Melbourne, entre otros tantos compromisos que asumió durante este tiempo. Matheuz resaltó la importancia de estar ahora al frente de la agrupación venezolana, como director principal. “Esta orquesta es muy especial porque existen cuatro generaciones dentro de ella. La orquesta se ha ido renovando. Es una muestra muy clara de lo que es El Sistema, de la unión y el avance, de seguir hacia adelante y la idea es hacer juntos la mejor música posible”.
De tantos lugares en los que ha vivido, a pesar de tener un poco más de 30 años, Italia lo dejó con un exquisito sabor a ópera en el paladar. Por eso quiere trabajar este género en el país y así enseñar lo aprendido, pues considera que las orquestas y los coros crecen con su realización. “Es muy importante que todas las orquestas y los coros tengan la oportunidad de hacer ópera porque es un género que va más allá de lo sinfónico. Tienes que escuchar muchísimo. Los cantantes no son precisos, un día un cantante puede tener la respiración más larga o más corta, espera más o espera menos en una frase, entonces debemos crear esa flexibilidad dentro de la orquesta. Es un género que adoro, que he trabajado muchísimo y que tenemos que desarrollarlo mucho más aquí y es algo en lo que me voy a empeñar”, afirmó.
Matheuz informó que tiene como propósito realizar una o dos óperas al año con la orquesta, comenzando en junio del 2016 con la ópera bufa de Gioachino Rossini, El barbero de Sevilla, proyecto artístico para el cual se está haciendo un llamado a audiciones generales para todos los personajes.
El director combinará sus actividades con la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar y otras agrupaciones fuera del país, recordando siempre lo más importante: el crecimiento a través de la música. “La meta de un músico, de un artista, es siempre crecer y eso es lo bonito de nuestra profesión. Es un placer hacer lo que hacemos nosotros y puedes desarrollarlo, llevarlo a otro nivel, siempre puedes hacerlo mejor. No hay un tope, lo bello del arte es que no tiene límite y si Dios nos lo permite podremos llegar a 80 o 90 años haciendo música”.
De acuerdo a la organización artística de la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar, el director musical sigue siendo el maestro Gustavo Dudamel, y César Iván Lara y Joshua Dos Santos se mantienen como directores asociados.