Durante cuatro días y en cinco conciertos, la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar, bajo la batuta de Dudamel, impartirá una “maratón” de Beethoven con todas sus sinfonías, en la que ofrecerán al público, en palabras del propio director, “un Beethoven lleno de vida y naturalmente, latinoamericano”.
Durante cuatro días y en cinco conciertos, la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar, bajo la batuta de Dudamel, impartirá una “maratón” de Beethoven con todas sus sinfonías, en la que ofrecerán al público, en palabras del propio director, “un Beethoven lleno de vida y naturalmente, latinoamericano”.
“Estamos orgullosos de que sea un Beethoven latinoamericano”, dijo en la presentación del ciclo el director venezolano, para quien “no por ser sudamericano va a ser una interpretación sin profundidad, pues la Orquesta Simón Bolívar no imita, se transforma ella misma a través de Beethoven y entrega un Beethoven muy nuestro”.
Dudamel subraya que en Beethoven “no hay ambigüedades en sus partituras, está todo bien escrito, pero es necesario una madurez para interpretarlo, aunque eso no quiere decir que no pueda ser tocado desde el principio de tu vida como artista”.
La orquesta, formada por jóvenes músicos de entre 17 y 34 años, conseguirá transmitir “un remolino y un terremoto de emociones” con un ciclo que hace dos semanas estuvo en Caracas y en 2015 en Bogotá y que, tras Barcelona, también llevará a Hamburgo y Viena.
Dudamel destacó el “simbolismo de la música de Beethoven”, no solo en la Novena, sino en todas sus sinfonías, porque toda su música simboliza el ser humano.
“Beethoven simboliza el arte abrazando todos los elementos de la vida, de la sociedad, de un continente, del mundo entero, la complejidad humana, el intento de unir el mundo, las personas, mediante la música y el arte”.
Hay también, añadió, un mensaje de paz, como cuando en la Novena “nos llama a hermanarnos, a romper todas las fronteras creadas durante los tiempos”.
Dudamel, que el pasado 1 de enero se convirtió en el más joven director de la Filarmónica de Viena en el tradicional concierto de Año Nuevo, está estos días leyendo a Miguel de Unamuno, de quien destaca sus palabras: “La libertad que debemos darle al pueblo debe ser la cultura”.
Algo, aseguró, “que cobra fuerza en momentos como ahora, en que pensamos que el arte no es necesario en la educación de un niño o un joven”.
“Si nuestros jóvenes y niños tienen acceso a la cultura, tendremos mujeres y hombres con una sensibilidad única en el futuro, y las sinfonías de Beethoven representan todo eso”, añadió.
La maratón beethoveniana comenzará el día 12 con las sinfonías número 1 y 2, por la mañana, y 3 y 4 por la tarde; continuará el día siguiente con la 5 y la 6 ‘Pastoral’; el día 14 con la 7 y 8, y se cerrará el día 15 con la Novena Sinfonía.
En opinión de Dudamel, presentar las sinfonías de Beethoven en el mismo orden cronológico en que fueron compuestas es una “oportunidad única”.
Porque, resaltó, el compositor alemán es quizá “el genio más grande la historia de la música, es en el que se ve la evolución y revolución artística, es quien nos ha dado las herramientas fundamentales para entender la música, no sólo como elemento técnico, sino también desde el punto de vista de la estética”.
Gustavo Dudamel, que ha querido dedicar este ciclo completo a su maestro José Antonio Abreu, dijo que el triunfo de Beethoven es que su música “se puede tocar en el Amazonas, en la India, en Japón y Beethoven sigue siendo el mismo”.
Los conciertos se podrán ver en directo en Internet a través de medici.tv y de la web del propio Palau de la Música.