Agradecemos la gentil colaboración del Lic. Luis Contreras en la traducción del artículo de “The Irish Times” Thérèse/La Navarraise
Durante sesenta años cientos de miles de personas han hecho una peregrinación a Wexford Festival Opera en busca de un tesoro operístico enterrado. Wexford es una encantadora ciudad costera en la costa sureste de Irlanda. Desde 1951 esta ciudad ha acogido a lo que se conoce como uno de los festivales más destacados del mundo. Wexford Opera Festival se enorgullece en dar nueva vida a las óperas injustamente olvidadas, la introducción de artistas y público a las obras maestras olvidadas. Y lo hace en producciones de alta calidad que anualmente hacen las delicias tanto de la crítica como del público.
En esta oportunidad, el Festival de Ópera de Wexford se ha servido de las piezas de Jules Massenet (1842-1912) con un doble programa: Teresa (1907) y La Navarra (1894), que se llevó a cabo el 24, 27, 30 de octubre y 2 de noviembre.
Ambas obras se ubican en tiempos de guerra: Teresa cuenta la historia de un triángulo amoroso durante la época del Terror de la Revolución Francesa, mientras que La Navarra encara un amor parental frustrado durante la Tercera Guerra Carlista en España un siglo después.
Estas obras fueron concebidas como vehículos para la mezzosoprano estrella Lucy Arbell como Teresa y Emma Calvé como Anita en La Navarra. Fue justamente Calvé, una de las más grandes cantantes de su época, quien envió a Massenet el libreto prometiendo un estreno en Londres si podía completar el trabajo en la mitad del tiempo. La Navarra fue vista como una respuesta a la Cavallería Rusticana de Mascagni de 1890 e incluso fue apodada por algunos como la Calvélleria española.
El director y el diseñador del Festival, Renaud Doucet y André Barbe, aprovechan este doble programa para “tratar de explorar la influencia de la pintura en la vida”, ambientando a Teresa en el taller de restauración de un museo y tomando elementos de la Guernica de Picasso para la imaginería de La Navarra, en la que el vestuario son de color rojo sangre e incluso al propio pintor se le da un discreto y silencioso papel.
Estas producciones están visualmente elaboradas: el desplazamiento y exhibición de las pinturas a cargo de un eficiente equipo para Teresa, además de las cabezas y brazos de Picasso atrayendo siempre la mirada en La Navarra.
La mezzosoprano francocanadiense Nora Sourouzian protagonizó las dos heroínas principales. Su ansiosa y comprometida inmediatez se harán sentir en La Navarra. Esta es la más efectiva de las dos piezas debido a los coloridos sonidos de guerra proporcionados por Massenet, pensados para controlar a sus espectadores y no dejarlos ir hasta que su heroína, quien después de haber matado por dinero y perdiendo a su amor, alcanza los límites de la locura.
El tenor francés-vietnamita Philippe Do se escucha constantemente presionado como Armand en Teresa pero encuentra un mejor balance lírico como Araquil en La Navarra. El barítono estadounidense-irlandés Brian Mulligan, de igual manera que André y Garrido, se gana el corazón de la audiencia con su poderosa proyección. Por otra parte el director de orquesta venezolano Carlos Izcaray suscitó las tormentas ordenadas por Massenet.
Aún no es difícil ver por qué ambas óperas languidecen. A pesar de las habilidades musicales y teatrales de Massenet, sus personajes permanecen en el papel dentro del contexto de los antecedentes históricos reales en los que se encuentran. Como dijo George Bernard Shaw sobre La Navarra: “Él no compuso una ópera: él creó un precepto”.