Prensa FundaMusical Bolívar
El venezolano David Cubek aprovechó el semestre sabático que el Complejo de Universidades de Claremont otorga a sus profesores titulares para investigar, y lo invirtió en volver a su país para trabajar como docente y director con las orquestas de El Sistema. Antes de retomar sus responsabilidades en esta casa de estudios californiana (EEUU), y su puesto frente a la Claremont Concert Orchestra, tenía un deseo pendiente: montarse en el podio de la Sinfónica Juvenil Teresa Carreño de Venezuela (SJTCV).
El docente del Departamento de Música de Scripps College y también pianista, dirigirá por primera vez a esta, una de las principales orquestas juveniles del país este viernes 4 de julio en la Sala Simón Bolívar del Centro Nacional de Acción Social por la Música (Cnaspm), a las 5:00 p.m. Lo hace satisfecho, pues asegura que desde hace mucho tiempo es admirador del trabajo de esta agrupación: “A pesar de que son jóvenes tocan con gran madurez y un color muy profesional; oscuro y profundo, algo que la mayoría de las orquestas juveniles no pueden producir”.
Consciente de estos atributos, Cubek sugirió un programa que lo demostrara. Es por eso que para iniciar este concierto subirá junto a él al escenario un joven miembro de la fila de los primeros violines, Samuel Vargas. El violinista de 18 años asumirá la obra más larga y profunda escrita para su instrumento: el Concierto para violín en Re mayor (1806) de Ludwig van Beethoven. “Para muchos violinistas este es el concierto más difícil, pero desde que conozco a Samuel he visto en él gran facilidad, una prematura madurez y una gran musicalidad”, explica Cubek, quien ha dirigido al joven antes en su interpretación de esta obra, así como del Concierto para violín de Tchaikovsky en el Seminario Internacional organizado por Roberto Zambrano en el estado Portuguesa.
El director venezolano vio en los 169 integrantes de la SJTCV el aplomo necesario para también asumir la interpretación de la Sinfonía nº 7 de Antonin Dvořák, una obra escrita en 1885 y emocionalmente turbulenta, a través de la cual el compositor reflejó la lucha política checa, su patriotismo, así como sus años tormentosos, pues por esos años había perdido a su madre y a su hijo mayor.
“Sugerí hacer esta sinfonía porque justamente me parece cónsona con el trabajo que ha ido desarrollando la Teresa Carreño. Esta es una obra muy trágica, en re menor, que tiene muchos colores sombríos. No funciona con el color brillante de una orquesta juvenil”, agregó el director radicado en Los Ángeles.
El trabajo con la batuta de David Cubek ha recorrido países como la República Checa, Italia, Brasil, Ucrania, Estados Unidos, y está además avalado por una dedicada formación académica, que con tan solo 36 años de edad, incluye una maestría en el Conservatorio de Montreal (2005), y un doctorado en la Universidad de Northwestern de Chicago (2010). “Trabajar esta semana con la Teresa Carreño será para mí un momento de mucho aprendizaje. Es una orquesta maravillosa”, concluyó.