“La diva” del canto lírico es un tesoro viviente de la cultura venezolana
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Vino a la tierra con una misión. Y para que la cumpliera, a Fedora Alemán le fueron otorgadas varias virtudes: belleza, una voz hermosa con registro de soprano, disciplina, humildad para aprender, dedicación a su arte y a su familia y, sobre todo, salud y larga vida que este sábado 11 de octubre celebró al cumplir 102 años de existencia.
Nuevamente, Fedora Alemán (nacida en Caracas, 1912) festejó con música y canto junto a la familia que fundó y cultivó, mientras desarrolló su carrera artística, luego como maestra y también como gerente cultural, labores que la convirtieron en una de las figuras del arte más importantes de lo que podemos llamar los años dorados de la cultura en Venezuela, entre las décadas de 1970 y 1990.
Desde muy jovencita, fue centro de atención en los círculos artísticos caraqueños, pues su talento para el arte vocal afloró siendo aún una adolescente. Fedora Alemán siempre tuvo como norte el estudio, el cual inició en la Escuela de Música y Declamación de Caracas; luego se marchó a Nueva York y tomó clases con Fausto Cleva, y posteriormente, conoce a su gran tutor y maestro, Alfredo Hollander.
Su primera presentación ante el público caraqueño la realiza en el Teatro Municipal en 1932. En 1947 cantó su primera Opera, La Serva Padrona, de Pergolesi, la cual le da la oportunidad de hacer los roles protagónicos de Rigoletto y La Traviata, ambas de Verdi, en la Temporada Operática de 1949, en el Teatro Municipal de Caracas.
A partir de entonces, el encanto y la elegante presencia escénica de esta mujer de rostro hermoso, de suave y dulce personalidad, la colocan en los más importantes escenarios internacionales. Se transformó en una soprano que sabía inyectarle magia a cada una de sus interpretaciones. Entre 1950 y 1980, Fedora Alemán logró forjar una destacada trayectoria artística mundial. Múltiples escenarios, ciudades, festivales y países escucharon su voz interpretando los más importantes roles de la ópera y del canto lírico: Estados Unidos de Norteamérica, Brasil, El Caribe, Francia, Italia, Alemania, Polonia, Israel, España, y Austria, entre otros.
Destacados maestros la dirigieron: Jasha Horenstein, Héitor Villa-Lobos (quien dijo que la mejor interpretación que haya escuchado jamás de su obra Bachianas Brasileñas Nº 5, la hizo Alemán), Jean Perisson, Stanislaw Wislocki, Pedro Antonio Ríos Reina, Antonio Estévez, Carlos Chávez, Primo Casale, José Antonio Abreu, Felipe Izcaray, Rodolfo Saglimbeni y Alfredo Rugeles. A mediados de la década de 1980, una vez retirada de los escenarios, también dejó su impronta en la gerencia cultural como Directora de Música de Fundarte, Directora del Museo del Teclado y Presidenta del Consejo Nacional del Arte Lírico (Conac).
Su voz inspiró a varios compositores que crearon obras para ella (Estévez, Carreño, Sauce, María Luisa Escobar, Mercedes Asuaje de Rugeles, Joaquín Rodrigo, Blanca Estrella Méscoli, entre otros). Fue maestra de importantes talentos del canto en Venezuela, y ha sido colaboradora e impulsora fundamental del Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela, perteneciente a la Fundación Musical Simón Bolívar.
A sus 102 años de edad, Fedora Alemán es un ejemplo y tesoro viviente de la cultura y el arte venezolano.