Vía: clarin.com,
La pianista japonesa, que grabó con Chick Corea, dice que tocar jazz sirve para expresar sentimientos. Esta noche actúa en el Coliseo.
Japón y el jazz tienen una relación estrecha. Ese país es el mayor consumidor de ese género en el mundo, seguido por Francia y en un distante tercer lugar Estados Unidos. No es extraño entonces que una artista japonesa sea, actualmente, una de las atracciones de la escena internacional.
La pianista Hiromi Uehara, que debuta en el teatro Coliseo hoy a las 21, vive un gran momento musical acompañado por un generalizado reconocimiento por parte de la crítica, que juzgó como muy bueno su reciente disco Alive, grabado con su Project Trio; que fusiona el jazz con la música clásica el rock y el pop, integrado por Anthony Jackson en bajo eléctrico y Simon Phillips en batería. Formada en la música clásica, el salto de Uehara al jazz se produjo a los 8 años cuando quedó fascinada por la libertad que le proponía la improvisación, quintaesencia de la música nacida en Nueva Orleans.
¿Cómo fueron sus inicios?
Comencé a los 6 con el piano y a los 8, mi profesora Noruko Hakita comenzó a hacerme escuchar música improvisada. Me enamoré de esos discos, y si bien mi estudio clásico siguió adelante, elegí esta manera de expresarme en la que hay espacio para la creación. Ella fue quien me hizo sentir el amor que tengo por la improvisación.
De Japón viajó a Estados Unidos donde estudió en la escuela Berklee, en Boston. Su primer grupo fue Hiromi, con cuatro discos; luego Hiromi’s Sonicbloom, con el guitarrista David Fiuczinsky, con quien grabó dos álbumes y su actual Project Trío, con tres discos. Durante su adolescencia tocó con Chick Corea, con quien, posteriormente, grabóDuet.
¿Cómo fue su primer encuentro con Chick Corea?
Debe haber sido el mejor momento de mi vida. Corea estaba tocando en Tokio y ensayaba en el mismo edificio que yo. Me lo encontré en el ascensor, lo saludé, nos pusimos a hablar y me invitó a un concierto. Fue un encuentro de sorpresas e inspiración. El que me haya invitado a tocar y a compartir la música me permitió después abordar otros enfoques, encarar ciertas piezas desde otro lugar.
¿Cómo influyó el pianista Ahmad Jamal en su estilo?
Diría que impulsó mi carrera; recuerdo que yo llevaba ideas a la clase y él las escuchaba con respeto y mucha consideración. Me permitió ser yo; siento que me dejó crecer. Jamás me presionó.
¿En qué medida su estilo sigue la tradición de los pianistas japoneses, como o de Toshiko Akiyoshi?
Ella abrió puertas del mundo para nuestro trabajo. La conocí personalmente y aprendí mucho de su música. Sonaba vertiginosa en el piano y mi forma de expresarme tiene momentos en donde acudo a ese vértigo sonoro. Fue muy importante para mí.
¿De qué modo se traduce toda esa historia en la música del trío?
Nuestra música es pura interacción. En cada actuación expresamos lo que nos sucede. Mis pensamientos, mis sueños, mis sentimientos afloran cuando estamos tocando.