La calidad de una interpretación mágica fue el detonante para el desarrollo de una de las historias más breves e intensas del rock
Vía: www.elmundo.com.ve | Por Eduardo Parra Istúriz
La banda se formó hace dos años con Juan Daniel Perales (guitarra y voz), Luis Kooper (bajo y voz), Arnold Lancelot (batería), Zarik Medina (teclado), Adriana Díaz (violín), Kenmanuelk Araujo (trombón) y Daniel Escalante (trompeta), una combinación estupenda y poderosa.
Es 1967. Los Beatles dominan musicalmente al mundo. Hay guerra en Vietnam. Un poderoso movimiento antibélico lleva su discurso de paz y amor a todos lados.
En ese ambiente se produjo el Monterey Pop Festival, en Monterey, California, donde entre increíbles estrellas, como The Who o Jimi Hendrix, quien quemó ese día su guitarra, se presentó una banda medio anónima: Big Brother and the Holding Company, cuya vocalista versionó Ball and Chain, de Big Mama Thornton, haciendo alucinar a todos más allá del infaltable lisérgico. Era Janis Joplin.
El poder de su interpretación fue tal que la hizo superestrella al instante. John McCleary, quien escribió El Diccionario Hippie, declaró: “me hice feminista viendo a Janis Joplin en Monterey” y la calificó como un modelo admirable por mostrarse libre, sexuada y defensora de sus derechos.
La rebelde de Port Arthur
La pequeña Janis era difícil. Sus padres, que la vieron nacer el 19 de enero de 1943 en Port Arthur, Texas, eran cristianos protestantes y se preocupaban por las actitudes de la niña, que demostraba una independencia poco usual.
Se relacionó en la adolescencia con la música y a los 16 cantaba en bares de Luisiana, cuna del jazz y el blues. Allí comenzaron sus adicciones al alcohol y a la heroína.
Paul Gillman, rockero venezolano, recuerda: “Janis Joplin, la dama blanca del rock es simplemente inolvidable. Fue la primera gran cantante de rock y por eso su figura se hizo trascendental. Rompió con la exclusividad de los hombres en este género”, indica.
Tras el festival de Monterey, grabaron dos discos. El segundo, Cheap Trills, salió en 1968 y logró disco de oro en tres días. Pero hubo tensiones porque ella acaparaba la atención.
Tras participar en Woodstock, en 1970, formó Kozmic Blues Band y, aunque el nuevo sonido no gustó en su país, en Europa fue un éxito total. Pero esa banda también se separó porque Janis necesitaba que su grupo fuese caluroso, familiar, y ellos eran simplemente músicos. Además la dominaba la adicción.
“Quienes regresaron de Vietnam llegaron con el hábito de la droga que les entregaba el ejército. Por eso el movimiento hippie fue tan pacifista y a la vez tan adicto, especialmente en San Francisco”, plantea Gillman.
A pesar de sus problemas, Janis Joplin comenzó a ser vista como un modelo para muchas mujeres que admiraban su emancipación, su apertura. Contradictoriamente, estaba deprimida, según sus propias palabras: “hacía el amor con 25 mil personas en el escenario y luego volvía a casa sola”, palabras que dejaban ver su profunda tristeza.
Su vida amorosa fue complicada. Era bisexual y nunca tuvo una pareja estable. Algunas se alejaron debido a su problema de drogas.
Perla caída
Más o menos recompuesta tras un viaje a Brasil, Janis comienza a grabar un disco con la Full Tilt Boogie Band, formada especialmente para ella. Nunca lo escuchó, puesto que, tras una sesión de grabación, fue hallada muerta en el hotel donde se hospedada, el 4 de octubre de 1970, al parecer con sobredosis de heroína. El disco Pearl (así la apodaban) se lanzó en enero del año siguiente.
Tras su muerte, se le incluyó en el Club de los 27, con Brian Jones y Jimi Hendrix, pero en realidad, son inmortales: “nadie tocará como Hendrix, nadie cantará como Janis”, dice Gillman. Por eso está en los altares del rock.